La fundación The Trevor Project lanza este martes la campaña ‘Que la ignorancia deje de ser bandera’ para que México sea un “país seguro” para elcolectivo LGBTI y, sobre todo, para jóvenes que lo integran, según apunta el director de marketing de la organización, Javier Hernández.
“Estamos buscando centrar la conversación en esta necesidad de que México se convierta en un país seguro y afirmativo para estas juventudes LGBTIQ+”, asegura en una entrevista con EFE.
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La campaña se desarrolla en medios físicos, principalmente en grandes vallas de Ciudad de México y Guadalajara (estado occidental de Jalisco), en el ecosistema digital y a través de “líderes de opinión".
Hernández destaca la acción que vertebrará la operación: sustituir, virtualmente, la bandera mexicana del Zócalo, en la capital del país, por otra que clame que “el orgullo LGBT no existe sin una vida libre y segura”.
“Lo que estamos buscando es apropiarnos de un símbolo muy patrio e importante para les mexicanes”, asevera.
Esta reivindicación se combina con el uso de “frases que, normalmente, se utilizan en contra de la población LGBTIQ+”, a las que se les "da la vuelta" con información contrastada que The Trevor Project generó con la primera 'Encuesta sobre la Salud Mental de las Juventudes LGBTQ+ en México', presentada en febrero pasado.
Así, un clamor que se arroja contra este colectivo es ‘que viva la familia tradicional’ y el vuelco que le da la organización, que nació en Estados Unidos y aterrizó en México en octubre de 2022, es que este modelo “acepte” a sus integrantes LGBTI.
Una de cada tres personas intentaron suicidarse
La campaña, que llega en el mes del Orgullo LGBTI, es una de las primeras acciones para "aterrizar" los datos del informe que The Trevor Project elaboró tras encuestar a más de 10.000 jóvenes LGBTI.
De entre los resultados, destaca que un tercio intentó suicidarse en 2023, una cifra que se eleva hasta el 53 % para quienes lo consideraron.
“Estos hallazgos son alarmantes porque nos hablan de que las personas LGBTIQ+ no consideran el suicidio por ser quienes son, sino por los factores de riesgo que les rodean”, advierte.
Los mayores factores son la violencia, el acoso escolar y la discriminación, elementos que ocurren en los centros educativos y en el hogar, “donde más tiempo pasan”.
“Es aquí donde las personas adultas tenemos que empezar a crear espacios seguros y afirmativos”, sentencia.
Otra preocupación que arroja el informe, realizado con apoyo de la Asociación por las Infancias Transgénero y Yaaj, es la elevada presencia de la idea del suicidio entre los jóvenes y hombres trans encuestados (75 %) y su ejecución (52 %), sensiblemente por encima de la media entre el colectivo.
Para Hernández, quien subraya que dos de cada tres personas jóvenes trans y no binarias “consideraron seriamente el suicidio”, estas cifras reflejan la “vulneración” sistemática de este segmento.
La interseccionalidad, que es la combinación de distintas discriminaciones que azotan a colectivos minorizados, es un factor que la encuesta también denuncia en rubros como la prevalencia de las autolesiones entre quienes pertenecen a un pueblo originario.
“Una de las tasas más altas son en juventudes de pueblos originarios, donde el 78 % reportaron haberse autolesionado alguna vez (...) en comparación con juventudes blancas, que hay un 73 %, o mestizas, un 72 %”, enumera el representante.
Por esto, Hernández pide a la sociedad involucrarse con el proyecto, como voluntarios o donantes, y apela a las personas que necesiten ayuda para que se acerquen a The Trevor Project, que ofrece servicios “gratuitos, confidenciales, 24 horas al día y los 365 días del año”.
“Las juventudes que tuvieron acceso a espacios seguros y afirmativos representaron menores tasas de depresión e intentos de suicidio”, se congratula, por lo que avisa de que “sí es necesario empezar a tomar acción”.
APA