Ganadora de un Oscar por su interpretación de una bailarina de ballet al borde del colapso mental en Cisne negro, de Darren Aronofsky (2010), la actriz, productora, directora y psicóloga graduada Natalie Portman (Tel Aviv, 1981) ha sido reconocida como una de las actrices más capaces e influyentes de la generación hoy treintañera de histriones estadunidenses.
Como la mayoría de estos intérpretes, la Portman compagina películas comerciales con proyectos de intención más artística, pero 2016 fue un año bastante peculiar para ella, pues además debutó como directora de cine con un filme inspirado en la infancia del celebrado escritor israelí Amos Oz, y tuvo tiempo para “encargar” el segundo hijo de su matrimonio con el coreógrafo francés Benjamin Millepied.
Además, figura ahora como una de las cinco contendientes al premio Oscar por encarnar ni más ni menos que a un ícono de la política, la moda y la cultura estadunidense: Jacqueline Bouvier Kennedy, en la cinta Jackie. Destacadamente, este es el primer filme en inglés del chileno Pablo Larraín, también director de la celebrada Neruda. La película sobre la célebre esposa y viuda del presidente John F. Kennedy causó una gran impresión en el circuito de festivales internacionales y se estrena en México este fin de semana.
¿Qué tanto sabías de Jacqueline Kennedy antes de rodar la película?
Antes de empezar el proyecto la conocía, como casi todos, de una manera más bien superficial. Sabía quién era, por supuesto. Y cómo vestía, cómo se peinaba, cómo lucía… Sabía que era muy elegante y distinguida, una figura icónica del siglo XX. También tenía noción de ciertos acontecimientos de su vida, como el asesinato de su esposo, la vida de sus hijos, su matrimonio con Aristóteles Onassis y todo eso. Pero no la conocía como persona. Este proyecto me brindó la oportunidad de acercarme al lado más humano de Jacqueline Kennedy y quedé muy sorprendida por lo que descubrí.
¿Por qué?
Porque nunca te imaginas que una persona tan glamorosa pudiera a tener una vida tan difícil y compleja. Mucha gente puede decir “Oh, Jackie era una mujer rica y famosa y no vivía en el mundo real, ¡que se joda!”. ¿Pero sabes algo? ¡No era así! Sí, era rica y famosa, pero su vida no era eso: y lo pasó igual de mal que personas que no tienen ese estatus, e incluso peor. No tenía privacidad y la que tenía, la obtuvo después de pelear por ella, por ejemplo.
Larraín hace un gran trabajo al entrar en la mente de alguien así.
Creo que eso se debe a que Pablo parte de un planteamiento bastante radical que le ha llevado a hacer un filme muy poco convencional. Esto le permite el personaje se desdoble dejando a la vista todos los elementos que componen al ser humano. A veces es como una corriente de pensamiento, o como una alucinación.
¿Dirías que ella estaba también interpretando un papel todo el tiempo?
Sí, por supuesto.
¿Cómo es encarnar un personaje que hacía eso en la vida real?
Muy interesante, y realmente me siento bastante identificada con ella en ese sentido. A veces somos conscientes de cómo nos ven los demás y de lo que representamos para el público. Evidentemente, en mi caso sucede a una escala mucho menor. Pero siempre hay que preservar quién eres tú en tu vida privada, lo que representas para ti, tu familia, tus hijos, tus amigos... Es como si fueras distintas personas según el momento y las circunstancias. Ahora que también es cierto que cada rol es diferente: yo siempre trato de encontrar una buena combinación entre la investigación y mi imaginación.
¿Dirías que tu propia celebridad te sirvió para entender mejor al personaje?
Oh, yo no podría comparar su fama con la mía, pero entiendo la idea de querer separar la vida pública y la vida personal, porque en mi caso yo solo pretendo compartir mi trabajo, mi vida personal en realidad no le concierne a nadie más que a mí. De todas maneras me asusta pensar que el público vaya a compararme o no crea que pueda aparecer como ella, por tener una idea demasiado específica entre quien soy yo y quien es Jackie.
Es una responsabilidad muy grande dar vida a alguien tan relevante, ¿no es así?
Sí que lo es; tuve la responsabilidad de honrar una gran persona real, una gran mujer, por los hechos de su vida. Lo mejor que yo vi en toda la investigación y sus entrevistas es que ella se editaba a sí misma y dejó muchos espacios vacíos que ella misma se ocupó de borrar. ¿Qué es lo que no quiso mostrar a nivel de persona pública? Yo solo pude usar mi imaginación para presentarla como una pieza de ficción. Nadie debería tomar esta película como un libro de historia. Es más bien la imaginación de una persona que respetamos como un ser humano bastante complejo.
¿Cuál fue para ti la escena más difícil?
Oh, sin duda cuando Jackie tiene que explicarle a Caroline y John-John que su padre ya no va a volver; que ha muerto y que ahora están solos. Es no solo la escena más difícil para mí en la cinta, sino que es una de las cosas más difíciles que he tenido que filmar como actriz en toda mi carrera. Soy madre, y eso me llegó profundamente.
¿Cómo fue estar bajo la dirección de Pablo Larraín?
Pues no siempre fue fácil, pero fue muy interesante y muy satisfactorio. Pablo es un cineasta muy particular, con una visión muy específica. Yo no siempre estuve de acuerdo en lo que él quería o me decía que hiciera, pero confié en él lo suficiente como para intentarlo, llegando hasta lugares mucho más interesantes de los que hubiera conseguido yo sola. Hubo una colaboración mutua. Es la belleza del cine, donde un grupo de gente creativa se reúne para generar algo completamente único.
¿Cambió en algo tu opinión sobre la señora Kennedy como figura histórica?
Como te decía, antes de la película, la veía de forma muy superficial. Admiraba la forma en que se vestía, pero solo la había visto por fuera y de lejos, yo tenía como 13 o 14 años cuando murió y no sabía muy bien la consecuencia de su paso por la historia. Ahora la aprecio por ser la mujer inteligente, fuerte y compleja que fue, valiente y también vulnerable. Solo me queda esperar que el público pueda conectarse de la misma forma con un tema tan fascinante como su historia.