“Cualquier manifestación artística cuando no es entendida, es rechazada”, describe Luis Sergio Rangel la forma en la que el gobierno y un sector de la sociedad aprecian la práctica del grafiti. Recientemente en Torreón, la administración municipal ha decidido borrar cualquier rastro de aerosol en las paredes, pero los muros se resisten a quedarse en blanco.
Luis Sergio ‘Máscara’, quien nació en Durango pero fue adoptado por la ciudad de Torreón, ha desarrollado una carrera profesional en diseño gráfico a la par que suma experiencia frente a murales o actividades dedicadas a mejorar la técnica del grafiti de jóvenes laguneros y sobre todo, llevando el tema para su discusión a estructuras que lo consideran una acción delictiva.
No es solamente hacer una “pinta”
La apropiación pictórica de los paisajes urbanos, al igual que prácticas originalmente marginadas, son una puerta hacia el amplio espectro del arte urbano, forjando en la mayoría de las veces un puente con diversas corrientes, como el hip hop o el diseño gráfico, pero en ocasiones los enlaza hasta con la literatura.
Por ello, según palabras de ‘Máscara’, trabajar con la laca no se queda solamente en hacer una ‘pinta’ sino que, enfocado de manera apropiada, puede acercar a todo tipo de arte a personas que en su cotidianidad no formarían parte de una escuela de diseño o arte tradicional.
Grafitero desde “morrillo”
Cercano al radar de ‘Máscara’, se han movilizado jóvenes laguneros a través de diversas expresiones pictóricas, uno de ellos es Daniel ‘Torek’, quien descubrió el grafiti en su colonia cuando tenía 8 años y cursaba la primaria.
“Al principio no sabía que se llamaba grafiti, yo lo conocí por los cholos del barrio que tiraban su placa y representaban su zona. Llevo más o menos 11 o 12 años haciendo grafiti, desde niño que empecé a bocetear en la libreta y ya como en quinto o sexto de primaria empecé a rayar en las bancas de mi escuela y en mi colonia”.
Ambos coinciden en que la “escena” grafitera de La Laguna, a pesar de sus limitaciones legales, incluidas en anticuados apartados del Reglamento de Movilidad Urbana de Torreón, es talentosa y unida.
“Es muy buena, creo que hay mucho talento en cuanto a grafiti y variedad de estilos y técnicas dentro de lo legal y lo ilegal, lo que podría llevar a la competencia y al egocentrismo, pero la considero de las mejores en todo el país”, compartió Torek.
En su participación dentro de la página de Facebook ‘Ruido Desierto’, Luis Sergio rememora capítulos de los hilos legales de los que tambalea el arte del grafiti,“… en la Comarca Lagunera hemos tenido muchos ejemplos de estas campañas, desde la más reciente implementada por el alcalde de Torreón Jorge Zermeño (“No Manches Tu Ciudad”) hasta la nefasta pinta de bardas sin consenso del alcalde gomezpalatino José Miguel Campillo (2014).
En este arranque de blancura el presidente municipal borró todo lo que, a su juicio, era grafiti. Mack del Dos Elementos Crew demandó a la presidencia argumentando violación a los derechos humanos y culturales. El juicio duró dos años y el sistema falló a favor del municipio”.
¿Cómo se crea un grafitero?
Dentro de su trayectoria en los vaivenes del arte urbano, Luis Sergio ha promovido talleres que cubren dos aspectos: la preservación de la técnica del grafiti y la iniciación en el arte para los jóvenes que no cuentan con actividades de provecho en sus colonias, quienes encuentran una plataforma para desarrollar ideas y frustraciones.
“Es una práctica que se pasa de generación en generación y es muy leal, los chavos no se ocultan ningún truco, ningún secreto, te juntas con alguien y te ayuda. Se crea una comunidad y una identidad muy chida”.
Aunque se conforme esta comunidad, el grafiti nunca ha perdido su lugar en la semántica del crimen, lo cual lo lleva a sus raíces marginadas, donde era común que los cholos delimitaran territorios en pintas o con imágenes de la virgen en las venas de los barrios, pero también forjaron una estética que transforma la violencia en elementos artísticos.
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