Esta semana se viralizó una foto que, desde su cuenta de Instagram, publicó el Sitio Arqueológico de Pompeya con los restos petrificados de un hombre que murió durante la erupción del monte Vesubio, en la mítica ciudad de Pompeya. ¿La razón? Que, por su postura, el hombre ha sido llamado "El masturbador de Pompeya".
Miles de usuarios de Twitter y de Instagram se han vertido a comentar esta imagen, ya burlándose de la postura, justificando el supuesto "último acto antes de morir" e incluso aventurando explicaciones más científicas.
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Todo empezó cuando Massimo Ossana, el director del Sitio Arqueológico de Pompeya, subió a la cuenta de Instagram del sitio la foto de un hombre petrificado durante la erupción del Vesubio, el cual aparenta estar tocando sus genitales.
De inmediato, las reacciones de morbo y burla inundaron el post, y miles de usuarios de Twitter compartiendo la imagen, a veces mofándose de la 'ridícula' última postura del sujeto en cuestión, y otras justificando o explicando su acto.
Rápidamente, el hombre fue apodado 'El masturbador de Pompeya' y fue "elogiado" por encarar las cenizas y la muerte "aferrándose a lo que más quería". La usuaria @PersianRose1, por ejemplo, ha tenido más de 30 mil retuits de su post del "Hombre masturbándose. Pompeya, 79 d.C.".
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Pero, como sucede con frecuencia, las apariencias engañan. En un artículo en el Daily Dot, el arqueólogo italiano Pier Paolo Petrone, quien ha estudiado a las víctimas del Vesubio durante 25 años, explica que no es posible que el sujeto haya muerto proporcionándose 'placer solitario'.
Según Petrone —quien calificó el asunto como "malas bromas de jóvenes que pierden el tiempo"—, se trata de un hombre adulto que murió por el intenso calor de una nube piroclástica, formada por cenizas y gases a muy altas temperaturas, los cuales mataron instantáneamente a toda la población que vivía alrededor del Vesubio.
Además, explica Petrone, los brazos y las piernas de las víctimas quedaban retorcidas debido al calor. "La mayor parte de las víctimas encontradas en Pompeya conservan posiciones extrañas debido a la contracción de sus extremidades a consecuencia del efecto del calor en sus cuerpos después de su muerte".
Categórico, el arqueólogo sentenció: "No existe evidencia alguna para demostrar que estaba masturbándose, y la discusión sobre este hecho está completamente fuera de lugar". Sin duda, la broma no le hizo nada de gracia.
FM