Café y jazz serán los anfitriones del próximo martes en Torreón

En el foro de Sinfonía Café & Cultura se presentará el concierto 'Jazz Trío', con la participación de Alberto Robledo, Tommy Nájera y Sergio Carrillo.

Alberto Robledo, músico en el sax. | Foto: Verónica Rivera
Torreón, Coahuila /

Entre el perfume del café y la compañía de amigos, el próximo martes el foro de Sinfonía Café & Cultura presentará el Concierto Jazz Trío con la participación de Alberto Robledo en el sax, Tommy Nájera en la batería y Sergio Carrillo en el bajo. En entrevista para MILENIO, Robledo habló sobre esta presentación así como de la disciplina que deben poseer los músicos para que la riqueza de la música llegue a los oídos de su público.

“El concierto es el martes 23 de diciembre a las siete de la tarde. Voy con Sergio Carrillo, toca el bajo y él vive conmigo en San Miguel de Allende pero igual es de Torreón, y con Tommy Nájera en la batería. Vamos a tocar jazz, quisiera tocar mi música pero no hay tiempo para montarla, pasarle a Tommy el repertorio y los ensayos.

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“Vamos a hacer standards que son parte del lenguaje común del jazz. Vamos a tocar temas de Thelonious Monk, Miles Davis, Charlie Parker, de Michael Brecker y bueno, van a ser dos sets o dos presentaciones. En la segunda parte se va a abrir a jam para los músicos que quieran improvisar dentro del lenguaje: no es jam de rock o punk, hay que llegar sabiendo standar de jazz. No estamos en un plan exigente con el nivel pero sí en un plan de lenguaje, es lo único que se pide”.

Músicos son bienvenidos

Para el segundo set los músicos pasarán la libreta y los interesados deberán anotarse. Así los bateristas, saxofonistas, bajistas y guitarristas con sus instrumentos serán bienvenidos. Alberto Robledo, quien también ejerce el periodismo cultural, ha compuesto su propia música y acaba de grabar con Sergio Carrillo y Víctor Monterrubio, baterista originario de la Ciudad de México.

Su proyecto se denomina 'Los existencialistas del barrio' y con su propuesta la banda de jazz recubre por lo cual a veces, comentó, la canción termina cambiando por completo. El disco tiene cinco temas, algunos nuevos y otros que compuso años atrás. El disco en breve podrá estar en Bandcamp, plataforma donde se podrá comprar directamente. El dinero, menos una comisión conservadora o justa, pasa a manos de los músicos.

“El disco aún no tiene nombre pero podría llamarse 'Combustóleo' que es uno de los temas con el que la gente conecta siempre que lo toco. En Torreón quiero componer algo mientras esté por este lado y quiero ver cómo está la escena del jazz por acá, que es lo que me gusta. Siempre se ha visto aquí una intención de dar por ese lado, pero por muchas razones no se da aquí, la verdad siempre lo veo más cerca de lo imposible que de lo posible, pero está bueno intentar hacer y acercar a la gente a la música”.

En Torreón faltan espacios para la práctica

En el caso de Torreón, Alberto Robledo precisó que se han generado espacios para la formación profesional pero no así espacios para la práctica es por ello que cobran relevancia espacios como Sinfonía Café & Cultura, que es accesible gracias a sus propietarios. Pero la retribución no es generosa debido a las propias condiciones económicas de la población.

La retribución no será generosa como uno merece, la verdad, dado el esfuerzo que requiere tocar los instrumentos. Obviamente no se culpa a nadie en ningún sentido en cuanto a la retribución económica, que es el motivo por el cual yo me fui de aquí, porque no hay espacios que tengan el soporte de público ni soporte económico sobre la exigencias; uno toca por amor y por la pasión pero el trabajo es mucho. Yo estudio unas cuatro horas todos los días, es un trabajo pesado y formal”.

Al igual que la mayoría de los artistas, los músicos se reúnen para compartir conocimientos y experiencias que a su vez permiten construir un tejido que da soporte cultural a las comunidades. Sin embargo, son profesionales que no son considerados para recibir apoyos institucionales en tanto no se generan espacios para presentar sus propuestas.

“Hay fugas y yo me fui de aquí porque no hay escena, es una situación estructural, el público no entiende la música, no tiene tiempo para sentarse y escuchar, y esta música es para escuchar; se puede bailar si estás dispuesto pero es algo auditivo. Aquí no existe tanto la disposición auditiva y no existe la capacidad económica para estar asistiendo a eventos”.

Mientras que en ciudades como San Miguel el músico puede cobrar 500 pesos por persona y hay público en los foros, en Torreón el costo del espectáculo alcanza los cien pesos. Robledo no culpa e incluso lo entiende. La gente trabajadora se esfuerza pero no gana lo suficiente.

Es por ello que dijo, incluso los músicos trabajan en las calles y se vuelve una actividad pública. Además cree que toda la música vale la pena mientras su discurso tenga espíritu y se dirija hacia la unidad. Porque la música se encuentra segmentada pero aún hay público que no sabe que le podría gustar el jazz sin imposición.

aarp


  • Lilia Ovalle
  • Socióloga por la Universidad Autónoma de Coahuila. Periodista desde el año 1999.

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