Genoveva me deja solo en la salita con las canciones y el ruido del clima. La computadora tiene parlantes muy bajos y debo acercarme a la pequeña bocina de la laptop sobre la mesita de madera para poder escuchar las melodías que, además, son suaves.
Las voces de Rodrigo y Gonzalo vienen casi al unísono con un arpegio un poco acelerado, muy al estilo de la nueva trova latinoamericana o canto nuevo.
Logro escuchar algunas canciones: una a la ciudad, otra a la madre, incluso El Papalote de Silvio Rodríguez; solo unas cuantas de una compilación completa grabada en cuatro cintas de carrete grande que fueron grabados en una Sony TC630 entre 1976 y 1977, en un edificio de la calle Hamburgo, y que será parte de último disco de Rockdrigo.
Él y Gonzalo Rodríguez eran una de esos chistes bondadosos de la vida. El curioso parafraseo entre sus hombres y apellidos daba paso a las bromas de sus amigos, algo que seguramente terminó por unir más a los dos tampiqueños en el otrora DF.
Habían trabajado en el INBA y posteriormente habían tocado en el Manuel M. Ponce. "Gonzalo y mi hermano fueron los primeros roqueros que cantaron en Bellas Artes" resalta Genoveva González hermana del roquero.
Gonzalo tras la muerte de su amigo (incluso sería éste quien rescataría y reconocería los cuerpos del cantautor rupestre y su novia Francoise) seguiría adelante aunque solo cuatro años más; a finales de esa década muere y deja a su familia destrozada, la compañera y madre de los hijos de Gonzalo decide guardar todos los registros.
"Cuando él fallece, ella tiene a su hijo de 2 años y su hija de 5 meses de nacida, entonces pues ella guardó todos los recuerdos, fue algo muy duro, muy difícil, muy difícil para todos, y se dedicó a criar a sus hijos; hace 15 años intentó oír los'grabaciones' de ensayos y no pudo, no pudo emocionalmente, no pudo; y finalmente hace tres meses se armó de valor y sacó los 'grabaciones' los llevó a que los limpiaran, los pasaran a otro formato, y que de hecho todavía les falta otro proceso".
El documento de audio tiene 39 años de existencia y casi 27 años de estar guardado, y registra las primeras grabaciones de Rockdrigo.
"Su obra sigue, siguen saliendo cosas" dice la principal promotora del trabajo del músico rupestre "se va a llamar 'Ensayo de dos pacifistas' que será el quinto formal de Rockdrigo, es una serie de cuatro cintas grabados durante sus ensayos en donde tú los oyes platicar, ponerse de acuerdo si en 'Fa' o que si en 'Re', si 'súbele' o si 'bájale".
El proceso aún depende de una reunión con Nuri, la viuda de Gonzalo, para la selección de canciones y luego la limpia final.
"Obviamente yo estoy pensando en el Submarino, porque es un estudio muy querido y con muchas remembranzas de los roqueros mexicanos, todos han grabado ahí, pero todavía necesitamos sentarnos a platicar bien y tomar las decisiones, pero eso será en el año que entra".
Otro adelanto es la resolución en torno a las 19 canciones en poder de Xavier Návar, un litigio arrastrado por décadas de las últimas canciones de Rockdrigo y que sería su primer disco formal.
"Seguramente va a ser un lanzamiento doble junto con las rolas inéditas que tiene el señor Návar, con el que también estoy llegando a muy buenos acuerdos, pero me ha sido muy difícil viajara la Ciudad de México, esto será un lanzamiento simultáneo".