A principios del siglo XX, el explorador inglés Alfred Percival Maudslay (1850-1931) realizó el primer bosquejo del yacimiento arqueológico de Yaxchilán, localizado sobre un meandro al margen del río Usumacinta, en Chiapas. A más de un siglo de esas primeras exploraciones, arqueólogos del INAH retomaron la prospección del sitio y han encontrado siete cuevas con materiales prehispánicos, lo que habla de la relevancia simbólica de estos abrigos rocosos entre los antiguos mayas, dado que pueden ser elementos fundamentales en la configuración de sus patrones de asentamiento.
Los arqueólogos Ileana Edith Echauri Pérez y Eduardo Arturo Tejeda Monroy, quienes participaron en el primer coloquio Los mayas en el INAH. Estudios inter y multidisciplinarios, que se realiza en la Dirección de Estudios Históricos, expusieron que los materiales arqueológicos hallados en las cavernas, así como el registro de 10 conjuntos arquitectónicos, son los primeros resultados de su proyecto de investigación denominado “Exploraciones al interior del meandro de Yaxchilán y su entorno”.
Echauri Pérez precisó que uno de los objetivos de la investigación es conocer la extensión y los límites del sitio, ya que aunque se sabe por medio de la epigrafía y de algunos estudios regionales hasta dónde llegaba su área de influencia, aún se desconoce el área total del sitio.
Explicó que durante la primera temporada de campo exploraron el meandro con herramientas cartográficas, como los modelos de elevación del Inegi y con imágenes láser.
Su prospección siguió en una cañada que atraviesa toda la zona en dirección noroeste-sureste, la cual comienza entre las colinas sobre las que se asienta la Pequeña Acrópolis, los edificios 37 y 38, así como el extremo sur de la Gran Acrópolis. Se trazó la ruta y se hizo un recorrido en superficie sistemático en el que se identificaron 10 conjuntos arquitectónicos pequeños —compuestos por montículos, plataformas y patíos—, 13 estructuras aisladas, dos canteras y siete abrigos con materiales arqueológicos.
De las siete cuevas encontradas, sobresale la número 1, en la cual fue hallado el cincel de piedra verde, así como algunos tiestos cerámicos asociados a las estalagmitas existentes en dicho espacio, además de una plataforma cuadrangular. También es relevante la cueva 3, la cual se observó que fue modificada por los mayas, quienes tallaron las paredes de la entrada para lograr que se asemejara a una bóveda de su estilo.