Las enfermeras —y más recientemente los enfermeros— han estado en primera línea en el cuidado de la salud. La suya, dice la enfermera y académica estadunidense Leslie Neal-Boylan en el periódico en línea The Conversation, es una historia de heroísmo que se celebra internacionalmente el 12 de mayo para recordar el natalicio de Florence Nightingale, quien puso la primera piedra en el reconocimiento de esta profesión.
Ella fue —escribe Neal-Boylan— la primera “enfermera profesional”, nació hace 200 años en Londres y en su bicentenario la Organización Mundial de la Salud nombró a 2020 “Año de la enfermería”.
La crisis ocasionada por el covid-19 ha puesto nuevamente de relieve el importante papel de las enfermeras y los enfermeros como profesionales de la salud “por derecho propio y no como auxiliares de los médicos”, afirma Neal-Boylan. “Es maravilloso ser reconocido ahora en el contexto del coronavirus, pero las enfermeras (y los enfermeros) siempre han estado a la vanguardia, durante la guerra, las epidemias y otros momentos de desastre”.
Decana de la Escuela de Enfermería Solomont de la Universidad de Massachusetts Lowell, como investigadora y académica, a lo largo de su carrera Neal-Boylan ha visto cómo las enfermeras y los enfermeros “son relegados a un rol secundario, como asistentes de los médicos. A muchas y muchos todavía se les pregunta por qué no se convirtieron en médicos. ¿No somos lo suficientemente inteligentes?”
“Muchas personas no se dan cuenta de que la enfermería y la medicina son profesiones completamente diferentes con diferentes propósitos —agrega—. Estamos orgullosos de trabajar junto a médicos y otros profesionales de la salud, pero no trabajamos detrás de ellos. No todas las enfermeras y enfermeros trabajan al lado de una cama (en un hospital), pero todos tocamos la vida de los pacientes”.
Muchas enfermeras tienen doctorados, subraya Neal-Boylan. “Realizan investigaciones que promueven la calidad de la atención al paciente” y hacen de su profesión tanto un arte como una ciencia.
“El papel de la enfermera ha evolucionado, pero algunas cosas no han cambiado —afirma Neal-Boylan—. Las enfermeras y los enfermeros se preocupan por los pacientes, de los menos graves a los moribundos. (…) Interpretamos lo que está sucediendo para que ellos lo entiendan. Estamos allí durante toda la existencia de los individuos, desde el nacimiento hasta la vejez, desde el bienestar hasta la enfermedad”, procurándole, llegado el momento, una muerte pacífica y digna.
Todos los años, según Gallup , la enfermería es una de las profesiones en la que más confía el público. “Trabajamos duro para ganar y mantener esa confianza —escribe Neal-Boylan—. Nos encontrarán cuidando a las personas en sus hogares, en los departamentos de salud pública, en hogares de ancianos y centros de atención especializada, en hospitales de rehabilitación, en prisiones e instituciones correccionales, cuidando a los enfermos mentales y brindando asesoramiento de atención médica por teléfono y computadoras. Las enfermeras y los enfermeros trabajan donde hay personas.
“¿Qué pedimos a cambio? Es simple. No nos consideramos héroes, pero merecemos respeto. (…) Somos profesionales. Una vez que termine la crisis de covid-19, no olvide que siempre estamos aquí para ayudarlo. Siempre ha sido. Siempre será”.
epc