Enrique Cantú dibuja "La puerta" en El Arte de la Canción, con Avelina Lésper

Colección Milenio Arte

El dibujo de Enrique tiene el ambiente de las obras del artista italiano Giorgio de Chirico. Está el personaje y esa puerta, como dice la canción del maestro Luis Demetrio. Esta escena contiene una historia que no conocemos, que provocó el instante d

Ciudad de México /

LA PUERTA

El dibujo de Enrique tiene el ambiente de las obras del artista italiano Giorgio de Chirico. Está el personaje y esa puerta, como dice la canción del maestro Luis Demetrio. Esta escena contiene una historia que no conocemos, que provocó el instante de la partida, la puerta es una frontera, es una antes y un después.


Enrique nos dice qué dejó afuera: “El amor, el corazón que ya se fue y dejó el vacío, que deja la persona que ya se fue y que lo deja a quien se queda. Interpreté esta canción como el abandono del ser amado hacia el otro. Es un desamor. Para mí, es una canción de desamor. El que queda es el que la está sufriendo”.

La puerta que dibuja Enrique está en un limbo, el personaje da la espalda a la puerta, no sabemos si se va o se queda y Enrique nos revela: “No, aquí, al contrario. El que se está quedando es él. La puerta tiene una mirilla. La mirilla da al exterior. ¿Y entonces quién se fue? Fue el otro ser querido, él es el abandonado. Por eso tiene esa angustia, en primer plano. Aunque la puerta, título de la canción del maestro, es protagonista. Yo la utilicé en un segundo plano. Precisamente la canción te dice eso: que él está esperando que su ser querido regrese. Él está esperando que esa puerta se vuelva a abrir, pero no es así”.

El personaje espera, nos aclara Enrique: “No, no tiene llave. Es una puerta que tiene abajo la rejilla donde se ve la luz que entra del exterior. Por eso él está esperando a que pudiera volverse a abrir la puerta”.

El dibujo de Enrique es la continuación de la canción del maestro Luis Demetrio, él escribió el momento de ese portazo, la persona cierra la puerta atrás de ella y se lleva la ilusión. Enrique dibuja al que se queda, abandonado y sin embargo esperando que esa ilusión regrese, que esa persona regrese. La historia de Enrique continúa: “Se lleva todo el corazón, el alma, pero sí puede regresar. De hecho, regresa, según cada historia. Él está abierto. Él está en la eterna espera, que en la letra de la canción nunca más va a regresar. Como es una canción triste, al menos en esa estrofa, pues hay que darle una lectura un poquito más de esperanza. Así fue como lo quise representar. Ese espacio vacío entre el personaje y la puerta, ese espacio abstracto, porque es el corazón destrozado. El amor completamente compacto en esa abstracción”.

Ese espacio vació, ese trayecto, lo hizo la persona que lo abandonó. Es un trayecto larguísimo, nos cuenta Enrique: “Enorme. No me cabía en el dibujo, pero traté de hacerlo, como dice la canción, “todo lo que vivimos y la felicidad que tuvimos nos vino a traer dolor”. Quien se va renuncia a todo aquello bello y grato que tuvieron, que compartieron, y decide irse. Decide marcharse y no regresar jamás. Entonces simplemente la puerta está, pero el escuchar cerrar la puerta es algo muy fuerte. El personaje tiene los brazos cruzados, la mirada no la tiene perdida, pero sí la tiene en la esperanza. Su mirada, para mí, representa esperanza. Esperanza de escuchar que se abre la puerta allá atrás y que regresa su ser querido. Esas esperas son horribles y eternas”.



  • Avelina Lésper

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