Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950 es un homenaje a poetas nacidos o radicados en la ciudad fronteriza.
“Con ellos se cimenta la tradición poética de Tijuana, una ciudad relativamente muy joven, a diferencia de Ciudad de México o Guadalajara, que tienen 135 años, y cuentan con una tradición poética incluso precolombina. En Tijuana realmente está empezando”, dijo a MILENIO el periodista cultural Enrique Mendoza.
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El libro reúne una serie de entrevistas a poetas como Francisco Morales (El Campanero, Sonora, 1940), Estela Alicia López Lomas Esalí (Tlaquepaque, Jalisco, 1944), Ruth Vargas Leyva (Culiacán, Sinaloa, 1946), Victor Soto Ferrel (San Miguel del Cantil, Durango, 1948), Eduardo Hurtado (Ciudad de México, 1950), Roberto Castillo Udiarte (Tecate, Baja California, 1951), Luis Cortés Bargalló (Tijuana, Baja California, 1952), Rosina Conde Zambada (Mexicali, Baja California, 1954) y José Javier Villarreal (Tijuana, Baja California, 1959).
De estos nueve poetas solo dos nacieron en Tijuana, pero todos iniciaron su trayectoria en esa ciudad.
“Obviamente antes que ellos hay poetas en Tijuana, pero con los que platiqué, son la base de la tradición poética de la ciudad. En mi labor periodística los comencé a entrevistar sin la intención de hacer un libro, pero entonces se presentó la oportunidad de participar en el Premio Estatal de Literatura en la categoría de Periodismo cultural y reuní estas entrevistas que publiqué en el Semanario Z entre 2021 y 2023”, comentó.
Las entrevistas están divididas en dos partes: semblanza y el análisis de su obra.
“Un hilo conductor es que todos se profesionalizan, de Tijuana se van a estudiar a Ciudad de México a la UNAM, sobre todo Letras Hispánicas. Roberto Castillo estudia letras inglesas, luego españolas y José Javier Villarreal se va a Nuevo León; Francisco Morales a la Normal de Tepic con especialidad en lengua castellana. Todos son una generación que tiene la posibilidad de irse a estudiar fuera de Tijuana, se van y regresan; bueno, el único que no lo hace es el poeta José Javier Villarreal, pero todos se identifican como tijuanenses”.
Para el periodista, una característica de los escritores que entrevistó es que no moralizan sobre la leyenda negra de Tijuana. “Moralizar en el sentido de que no tratan de reivindicar a Tijuana, como sí lo hacía Rubén Vizcaíno, con esa necedad de querer recuperar la leyenda negra de la ciudad a través de un congreso contra el vicio. Estos poetas escriben de Tijuana y simplemente la nombran, obviamente con imágenes y metáforas propias de un poeta”.
En cuanto a su lenguaje Mendoza opina: “Es Francisco Morales quien reconoció en la entrevista que le hice que la poesía de la frontera tiene influencias sobre todo de poetas beats, hippies, y está más cerca, por ejemplo del blues, que de los boleros del centro del país. Obviamente hay una influencia a la hora de escribir y tienen esa marca fronteriza en la forma de expresar y mezclar incluso las palabras en inglés con español, y evidentemente esto trastoca la obra en la mayoría de los autores, no todos porque tienen diferentes intereses, pero es obvio que la frontera trastoca su obra”.
Mendoza espera que su libro ayude a que más lectores conozcan el trabajo de estos grandes poetas.
“El principal objetivo es reunirlos a manera de homenaje y que también queden para las futuras generaciones, pero sobre todo que los autores jóvenes o influencers sepan que la poesía no empieza a partir de ‘el nuevo escritor’, sino que hay una tradición, por eso los presento en su conjunto”.
El libro fue editado por la Secretaría de Cultura de Baja California y se puede comprar en formato físico o leer aquí.
PCL