Enrique Rosas: conexiones México 68-París 2024

El artista mexicano exhibe en la capital francesa su muestra 'Feu Nouveau', curada por Emanuela Inés Dunand, en el contexto de los Juegos Olímpicos.

La exposición está basada en una idea original de Luis de la Torre, presidente del Patronato Ruta de la Amistad México 68. (Foto: Especial)
Gabriela Gorab
Ciudad de México /

La exposición Feu Nouveau es una animada celebración de la luz y el fuego en la cultura mexicana, mostrada a través de las obras más recientes de Enrique Rosas, creando un vínculo entre la percepción y la memoria, brindando una identidad armonizada del cuerpo, alma y espíritu. El artista invita al público a reflexionar sobre la transmisión del conocimiento, la evolución cultural y la continuidad entre el pasado y el presente, en consonancia con los Juegos Olímpicos de París 2024 y el espíritu deportivo.

En el texto curatorial, Emanuela Inés Dunand expone que en México una cultura solar, la mística de la luz, está arraigada en la cultura política, intelectual y artística. “En la época prehispánica, la ceremonia del Fuego Nuevo, conocida como Xiuhmolpilli, se celebraba cada 52 años, marcando el fin de un ciclo cósmico para asegurar que el mundo no descendiera a la oscuridad y traer una esperanza de renovación. La aparición del bastón de fuego, la constelación de Orión, marcó los primeros rituales del fuego llevados por mensajeros en un viaje dedicado al volcán que domina la ciudad y, en un equilibrio de opuestos aún arraigado en la cultura mexicana, se colocaron antorchas en los templos de los dioses del Fuego y del Agua”.

Dunand escribe que al final de su revolución de 52 años, Enrique Rosas reúne obras que, en el contexto de los Juegos Olímpicos de París 2024, resuenan en una arqueología personal en la que el fuego sagrado se revela como el hilo conductor entre la llama olímpica de México 68, los Juegos Olímpicos de París 2024 y los interrogantes que plantea un mundo en profunda mutación.

Las obras se despliegan en un teatro de la memoria, terra incógnita, para luego ocupar su lugar y su significado en el tablero de ajedrez de una mitología personal. “Su padre le legó su placa en recuerdo de una utopía rota por los trágicos acontecimientos del 2 de octubre de 1968. Fue uno de los portadores de la llama olímpica de México 68 en su camino desde Olimpia hasta el estadio de la Ciudad Universitaria. Descubrió que había sido el tío de su padre, José Gallastegui, alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien había creado el recorrido, dándole una dimensión filosófica basada en la idea de humanidad cósmica desarrollada por el arquitecto mexicano de la biblioteca de la Ciudad Universitaria (Patrimonio de la Humanidad) José Vasconcelos.”

En la serie de cianotipios “Fuego Azul”, dice la curadora, una llamada onírica llevó a Enrique Rosas a trabajar sobre dos grandes negativos de la biblioteca Vasconcelos, “Babel” y “Plus Ultra”, fruto de una sincronía imposible. “Un pase de testigo a través de tres generaciones que de pronto ilumina las obras de una década. La luz revela y oculta, y constituye las pinturas fotográficas del Feu Nouveau, una danza de pigmentos arrojados sobre lienzo y papel, negativos colocados que toman su cuerpo a la luz del sol”, explica.

Las piezas se colocan en el tablero: “Arte Lucis et Umbrae” de Athanasius Kircher, jesuita, y su diálogo sostenido con Sor Juana Inés de la Cruz. El “Mitra eclipsado” es un dios solar persa que lleva el gorro frigio, símbolo de libertad compartido por las monedas mexicana y francesa en 1968. Sus tintas negras, fruto de un aprendizaje de la caligrafía china le llevaron a estudiar a G.W. Leibniz, cuya aportación del sistema binario a la ciencia moderna sustenta todas nuestras tecnologías cibernéticas, y condujeron al artista a su última investigación sobre las identidades holográficas.

“El propio material utilizado por su abuelo hace un siglo le conduce hacia un cambio estructural que desemboca en un cambio de paradigma y le permite, a través de la recepción de las obras y de su simbolismo, integrar el ser en sus contrarios y llevarnos al otro lado del fuego, bailar sobre las brasas, cruzar sin consumirse”, plantea Dunand.

Esta exposición, basada en una idea original de Luis de la Torre, presidente del Patronato Ruta de la Amistad México 68, promete ser un viaje inspirador. Conecta el legado cultural de aquellos Juegos con la actualidad de París 2024, ofreciendo al espectador una experiencia profunda y transformadora.

Se presenta hasta el 9 de agosto en el Instituto Cultural de México, en el 119 rue Vieille-du-Temple, 75003, París. La entrada es libre de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 18:00 horas, y los sábados de 15:00 a 19:00 horas. Los domingos y festivos permanecerá cerrada. Para más información, pueden contactar al 01 44 61 84 44 o al correo idemexfra@sre.gob.mx.

PCL

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