Cuando a André Aciman le propusieron convertir su novela Call Me By Your Name (Llámame por tu nombre) en una película, estaba seguro de que el proyecto fracasaría. Había transcurrido apenas un año desde su publicación; entre lectores y críticos gozaba ya de buena reputación, pero el escritor no le vaticinaba a la adaptación más de dos semanas en cartelera.
Las nominaciones al Oscar y la algarabía de miles que adoraron la cinta fulminaron todas sus premoniciones.
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Publicada en México por Alfaguara, la novela cuenta la historia de amor entre Elio, hijo de una familia que cada verano recibe a un creador en su casa de la costa italiana, y Oliver, el joven escritor estadunidense elegido para ayudar al padre de Elio en sus quehaceres culturales.
Uno de los rasgos más aplaudidos del libro —y de la película— fue la decisión de no colocar la homosexualidad en la parte central del conflicto narrativo. Aciman lamenta que más de diez años después del lanzamiento de la primera edición, la falta de libertades, la escasez de derechos y la discriminación latente hacia la comunidad LGBT, prevalezcan.
“No entiendo que aún haya culturas y pequeñas ciudades donde una persona no pueda ser gay. No sé si mi libro tuvo un gran impacto, pero le ha ayudado a las personas a aceptarse a sí mismas y a acercarse a hablar con sus padres”.
Aciman visitó México por primera vez para participar en el Hay Festival 2018. Con espíritu nómada, confiesa que tiene una relación curiosa con las ciudades. Nació en Alejandría, Egipto, pero tiene nacionalidad estadunidense. Por eso, cuando viaja, lo hace “como una persona que fue expulsada de su hogar. Siempre estoy buscando un nuevo hogar”.
Conmovido, no ocultó su fascinación por las calles de Querétaro y el recibimiento de su gente.
“Nunca había tenido una respuesta tan emotiva. Había gente que venía a que le firmara un libro y empezaban a llorar. No creo que un escritor pueda pedir un público más energizante”.
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