Un asesino serial, con múltiples tic’s nerviosos, es quien va conduciendo una serie de relatos en la novela El infierno en 12 pasos, del escritor mexicano Raúl Rodríguez Rodríguez.
Haciendo uso del género de novela negra, Raúl Rodríguez rescata una serie de diálogos y entrevistas que realizó por ocho años en centros penitenciarios, hospitales y con personas en situación de calle para contar esta historia, editada bajo el sello Cangrejo Editores.
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En entrevista con MILENIO Monterrey, el autor describe cómo a partir de conocer las historias más sórdidas de crimen y violencia, es que se puede encontrar “cierta luz” aun en los relatos de terror.
El autor ofrece en sus redes sociales de Facebook e Instagram @Soyraulrr, donde periódicamente realiza dinámicas para obsequiar su libro. También puede ser adquirida en librerías El Sótano y vía Amazon.
El insomnio es un problema que padecimos en el 2020, ¿Cómo tomaste esta condición para ser el inicio de tu proyecto editorial?
Mi insomnio resultó ser la punta del iceberg, porque resultó ser un problema la manifestación o reflejo de otras cosas, que no había atendido o enfrentado.
Cuando entré en contacto con la meditación fue cuando entré al universo del autoconocimiento, del voluntariado, y fueron ocho años de escribir estas historias y publicarlos.
En El infierno en 12 pasos aparecen relatos cortos, utilizando el género de la novela negra, pero que surgen de una serie de entrevistas que haces en penal de Santa Martha Acatitla, ¿cierto?
El voluntariado abarcó más, sí fue en Santa Martha Acatitla, pero también fue con enfermos terminales en hospitales, con gente en situación de calle, ancianos abandonados, en fin, el reclusorio fue el punto de avance gracias a los apoyos que brindan los grupos de doble AA y los voluntarios que brindan este apoyo a las personas.
Se trata de este sector de la marginalidad, ¿por qué hacerlo desde la novela y no la crónica, o la entrevista?
Es un recorrido por la sordidez de la condición humana, porque te podría decir que conocí casos de toda clase de perversiones y delitos de condiciones dantescas, pero al final con lo que me quedo, y que quiero transmitir en el libro, es la luz que puedes encontrar en esas historias de terror, pero de gente que pudo reconstruirse, de convertir su soledad en solitud, que es un concepto que resume el esfuerzo de todas estas personas.
Son personas a quienes consideraríamos han tocado fondo, ¿qué reflexión tendrías para el infierno?
Verte al espejo sin un trabajo espiritual, creo que ése es el infierno. Es decir, verte crudamente, ver tus defectos, ya sea que seas egoísta, perezoso, soberbio, hostil, ratero o infiel, todas las posibles taras emocionales que el ser humano pueda experimentar. Si te ves al espejo crudamente, sin filtros, y te das cuenta de todo lo que arrastras pues vives en un infierno, luego empiezas a fugarte con ayuda de sustancias tóxicas.
Ahora con la pandemia vimos cómo la gente estuvo 24 por siete encerradas, y empezó la violencia intrafamiliar, los divorcios, golpizas y abusos sexuales a niños, se desencadenó la demanda de terapeutas online, porque la gente no fue capaz de verse al espejo, convivir con su silencio y tolerar a los demás en casa tal como son.