Barry Harris, maestro

Música

Su discípulo Eli Yamin cuenta que Harris solía sentarse con su amigo Thelonious Monk a tocar una canción para desentrañar las diversas formas de interpretarla, lo que habla de su sentido de aventura.

Harris cita nombres de los grandes músicos con los que convivió “como si fuera un rosario”, refiere Sheila McClear. (Especial)
Ciudad de México /

Además de ser un enorme pianista que ha tocado desde los años 50, Barry Harris también se ha desempeñado como un maestro dedicado. Aunque por estos días de coronavirus seguramente suspendió sus clases, todavía hace poco dedicaba seis horas semanales a impartir los conocimientos adquiridos al haber tocado con jazzistas destacados como Charlie Parker, Miles Davis, Max Roach, Dexter Gordon, Hank Mobley, Coleman Hawkins y muchos otros, por no hablar de su intensa carrera solista.

Su discípulo Eli Yamin cuenta que Harris solía sentarse con su amigo Thelonious Monk a tocar una canción para desentrañar las diversas formas de interpretarla, lo que habla de su sentido de aventura. Sobre las clases que imparte en un gran salón en Nueva York, el también pianista dice que se trata de “una experiencia inmersiva. Nunca he visto algo que se parezca remotamente a lo que él hace. Enseña en todos los niveles al mismo tiempo, desde un niño de 12 años hasta el contrabajista Chuck Israels (de 83 años)”.

En un artículo reciente para el New York Times, Sheila McClear describe las clases como una oportunidad de absorber “la sabiduría” de este pianista de 90 años. “Solo transmito todo, transmito la música”, le dijo el maestro del estilo bebop con sencillez sobre la “gran clase”, que empezó a impartir en 1974.

Cada martes, con un costo de 15 dólares por persona, imparte clases en tres horarios: pianistas, de seis a ocho de la noche; cantantes, de ocho a 10, e improvisación para todos los instrumentos, de las 10 a la media noche. Ni siquiera es requisito saber tocar el piano.

McClear lo describe como un maestro exigente: “Los estudiantes se sientan o se paran lo más cerca que pueden del doctor Harris ¬—tiene doctorado en música—, observándolo intensamente. El efecto es como si estuviera enseñando en una pecera. Muchos han venido al taller durante décadas y saben que necesitan venir preparados. ‘Vamos, amigo, ¿crees que un hombre grande toca así?, le pregunta el doctor Harris a un hombre en sus 60 que se pelea con una pieza. A un joven que incendia una improvisación sobre una pieza de Cole Porter le grita: ‘¡Dale!’. Por eso sus estudiantes lo adoran”.

CODA

COMO UN ROSARIO

Harris cita nombres de los grandes músicos con los que convivió “como si fuera un rosario”, refiere Sheila McClear. Con voz suave dice: “Creemos en Bird, Dizz, Bud. Creemos en Art Tatum. Creemos en Coleman Hawkins. Esta es la gente en la que creemos”.

  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras