Tunkul es el nombre con el que también se conoce al teponachtli, tambor de la cultura mesoamericana, mientras que Tumkul es un ensamble de percusiones fundado en Guanajuato en 1997. Su propósito: rescatar, crear y difundir la música contemporánea para percusiones, así como fomentar la interdisciplina con otras ramas del arte.
Lo anterior pudo constatarse durante la presentación de su espectáculo multimedia Migraciones percusivas en la Pinacoteca del Templo de la Compañía de Jesús durante el Festival Internacional Cervantino. Con un arsenal de instrumentos que van de piedras a timbales sinfónicos, pasando por marimbas, sonajas, tambores y muchos otros, el grupo demostró por qué el mundo de la percusión es infinito.
El ensamble forma parte de la sección de percusiones de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato. Con el paso de los años han cambiado algunos integrantes, pero no su propuesta original de ampliar el horizonte del público respecto a las obras para sus instrumentos, dice su fundador Mario Gómez,
El también catedrático de la Universidad de Guanajuato asegura que “la percusión es todavía un instrumento en innovación”, pues empezó a utilizarse de manera protagónica en el terreno sinfónico “hacia fines del siglo XIX y principios del XX. En esa época hubo ya compositores que le dieron importancia al ritmo y a las percusiones como secciones orquestales”.
Desde entonces se ha creado un repertorio creciente, agrega. “Quienes asisten a nuestros conciertos se dan cuenta de que la percusión no solo son membranas e idiófonos, sino que también hay piedras, cristales, maderas, plásticos, etcétera. Los compositores se están dedicando a innovar y a escribir mucho para instrumentos percusivos”.
Sobre las piezas del programa, Gómez dice que Table Music, de Thierry de Mey, “es una obra muy visual en la que tres percusionistas tocamos en una mesa, haciendo movimientos uniformes con golpes de diversas intensidades e intenciones”.
Estudios coreográficos, de Maurice Ohana, indica, “obviamente es una obra hecha para danza con movimientos muy marcados, en tanto que Cuarteto de Percusiones, de Lukas Foss, es también muy visual coreográficamente, porque tocamos timbales, vibráfono y nos vamos compartiendo los instrumentos. Uno de los movimientos de Cuarteto para percusiones, Monstruos, nos lleva a imaginar cosas, pero luego viene una danza más alegre que hace referencia a la migración animal”.
En Estudio geométrico # 1, de José Luis Castillo, la música se torna más fuerte, incluso agresiva, explica Gómez. “El tema es el de la migración humana, resultado de guerras, invasiones, hambre, etcétera. Para finalizar tocaremos Teguala, de Juan Felipe Waller, escrita para 128 losetas de piso y medios electrónicos. El tema es el de la última migración humana, pues cuando nos acabemos el planeta tendremos que salir de aquí hacia otro lugar”.
lar