Miles y Juliette

Música

Se conocieron en 1949, cuando el músico viajó por primera vez a París. La vio por primera vez en uno de los ensayos y se sintió cautivado.

Miles le dijo a Jean-Paul Sartre que la amaba demasiado para hacerla infeliz. (Especial)
Ciudad de México /

Cuando el trompetista Miles Davis conoció a la aspirante actriz y cantante Juliette Gréco, recientemente fallecida, bien pudo haber sentido lo que uno de los amantes de Verona en Romeo y Julieta de William Shakespeare: “¡Cuán grato suena el acento de mi amada en la apacible noche, protectora de los amantes! Más dulce es que música en oído atento”.

Se conocieron en 1949, cuando el músico viajó por primera vez a París. La vio por primera vez en uno de los ensayos y se sintió cautivado: “Se veía tan bien sentada ahí, con su cabello negro largo, rostro hermoso, pequeña, elegante, muy diferente a cualquier mujer que hubiera conocido”, escribe en su autobiografía.

Cuando preguntó quién era, alguien le respondió: “Bueno, ya sabes, una existencialista”, a lo que el trompetista replicó: “¡A la chingada con esas mamadas! No me importa lo que sea. Esa muchacha es hermosa y quiero conocerla”. Él mismo se presentó y ella le comentó que no le gustaban los hombres, pero él sí. “Después de eso estábamos juntos todo el tiempo”, escribe Miles.

En ese momento se abrieron las puertas del paraíso. Sus recuerdos son los de un ensueño: “Juliette y yo solíamos deambular juntos por el río Sena, agarrándonos de las manos y besándonos, viéndonos a los ojos, y besándonos más, estrujándonos las manos. Era como magia, como si me hubieran hipnotizado, estaba en una especie de trance. Nunca había hecho algo así. Siempre estaba tan metido en la música que nunca tenía tiempo para ningún romance. La música había sido toda mi vida hasta que conocí a Juliette Gréco y me enseñó lo que es amar a alguien además de la música. Era abril en París, sí, y yo estaba enamorado”.

A pesar de que le sugirieron que se quedara a vivir en París y se casara con Juliette, Miles le dijo a Jean-Paul Sartre que la amaba demasiado para hacerla infeliz. A su regreso su vida se convirtió en un infierno: se enganchó a la heroína, lo que tuvo efectos desastrosos para su esposa y su hijo. “Estaba enfermo con un hábito de heroína y mis sueños con la mujer que quería; solo podía pensar en eso”. 

En sus viajes a París invariablemente se reencontraba con Juliette y la chispa volvía a encenderse, pero él no quería establecerse en Europa ni ella en Estados Unidos. La solución fue salomónica, escribió Miles: “Decidimos que solo íbamos a ser amantes y grandes amigos”.

CODA

UNA HISTORIA DE ETERNO AMOR

Hace algunos años, el periodista francés Philippe Carles entrevistó a Juliette Gréco para el periódico The Guardian, quien le confió a sus 88 años su eterno amor por el músico: “Entre Miles y yo hubo un gran romance del tipo que quisieras que todos experimentaran”.


  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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