Nemian Danza Escénica celebra 30 años con una función única en el Palacio de Bellas Artes, este martes 25 de julio, a las 20:00 horas.
La compañía presentará Corazón de madera y El escote, de Isabel Beteta; y Los que caen, de Javier Amado, inspirada en Macbeth. “Son tres obras. Me habría gustado una cuarta, de Verea, muy buena, pero se habría alargado mucho la función, y ya la estrenamos en la sala Covarrubias. Ahora se le dio la oportunidad a Amado, con un estreno que está basado en Macbeth; él, viniendo del teatro, trabaja con base en un texto o un libreto”, dice Isabel Beteta, fundadora de Nemian Danza Escénica.
“Amado es increíblemente hábil para hacer eso en danza, sin ser descriptivo, sin usar elementos ajenos a la danza, hacer muy clara una obra. Amado da una importancia muy grande a los personajes femeninos de la literatura y de la vida, y en Los que caen, el personaje central es Lady Macbeth, que lo interpreta Verea. En la obra estamos tres brujas, una de ellas una invitada especial: Victoria Camero”.
Recuerda que Corazón de madera es un remake de una pieza que hizo hace 10 años, a la que cambió la música, el vestuario, aunque conservó la estructura y la idea central, basada en la obra de De Chirico.
“La importancia de la obra es lo que me inspiró desde un principio: cómo en la pintura ves un espacio muy sugerente, muy misterioso, y trato de recapturar eso y usar sombras y luces, capturar misterio. Por otro lado, la obra utiliza marionetas labradas en madera, preciosas, tomadas también de la pintura de los cuadros. Es una obra abstracta, lo que genera atmósferas, sensaciones, elementos lúdicos. Y representa mi evolución como coreógrafa en la que ahora veo mi madurez y claridad en ese trabajo.
La tercera, El escote, se enfoca en la espalda del protagonista, con un vestuario sorpresivo, la cual ya fue presentada en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, con gran éxito.
En la función de este martes 25, Nina Serratos, coordinadora nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura develará una placa.
“Hay poca idea coreográfica en México”
La bailarina y coreógrafa sostiene que en la actualidad tiene muchos colegas con licenciatura y teoría, pero con poca experiencia y práctica para desarrollar ideas coreográficas.
“¿Cómo está la danza en México? Hay muchísimos bailarines muy buenos, cada vez mejores en lo técnico, pero las coreografías en general tienden a mostrar nada más las habilidades físicas de los bailarines, y la idea coreográfica, dramatúrgicamente, no es clara, no tiene desarrollo”, expone la también fundadora del Centro Cultural Los Talleres.
“Hay algo que he percibido como conflicto actual (en la danza), quizás es demasiado a bocajarro: hay cada vez más gente que son licenciados en danza, que traen mucha teoría, pero, a la hora de la práctica como coreógrafos, es de primaria el trabajo, falta mucho trabajo del oficio de hacer, no del oficio de pensar, que es diferente. Por un lado, tienes extraordinarios bailarines; y por el otro, coreógrafos con falta de experiencia pese a una educación intelectual. Es un conflicto que debe irse subsanando”, añade.
Cuando habla de dramaturgia precisa que no se refiere necesariamente a una historia narrativa del tipo del teatro o la literatura, puede ser obra abstracta, pero debe tener matices, acentos, desarrollo y clímax.
“Ese sería el punto flaco de la danza mexicana hoy en día. Las coreografías son un poco planas; muy virtuosas desde el punto de vista del movimiento del bailarín, pero poco elaboradas desde el punto de vista dramatúrgico del escenario”, subraya la ganadora del Premio José Limón 2008 por trayectoria.
También admite que bailarines y coreógrafos no ven mucho el trabajo de sus colegas, en parte por falta de tiempo y por las necesidades de tener otros trabajos para sobrevivir, aunque eso ya está cambiando.
Trabajo satisfactorio
En entrevista a propósito de los 30 años de Nemian Danza Escénica, que fundó en 1993 con Rosario Verea, la también Medalla Bellas Artes 2016 por trayectoria se siente satisfecha de legar un acervo coreográfico con su compañía, que actualmente se ha renovado con la incorporación de cuatro jóvenes.
“De dos años para acá, la nueva etapa de la compañía ha sido de enriquecimiento con cuatro chicos nuevos, por la energía que aportan combinada con la experiencia y madurez de nosotros sazonados por el tiempo que ha permitido crear un estilo de hacer coreografía”, añade Beteta que comenzó con Verea la compañía, a la que se sumó hace 25 años Javier Amado, que estrenará obra el martes en Bellas Artes.
Como directora de Nemian, se plantea como retos continuar teniendo fuerza creativa y propositiva, y aprovechar la gran técnica que a su juicio tienen ahora los jóvenes bailarines.
“Otro reto es sobrevivir y continuar en un mundo cada vez más complejo en que la gente prefiere ver Netflix en casa y no ir a los teatros y salas, a la experiencia en vivo, que es irremplazable, insustituible, la experiencia personal del contacto del público con el artista, es un intercambio energético, sutil, pero muy emotivo, que debemos como artistas seguir fomentando, ese es el reto número 1”, dice Beteta.
Define en principio el estilo de Nemian como “muy orgánico” a partir de entrenamiento técnico fuerte. Segundo, la manera en que se entrelazan los cuerpos para muchas de las coreografías no es habitual. Y tercero, en sus coreografías usa otros elementos además del cuerpo, como la que presentará en Bellas Artes, Corazón de madera, inspirada en la pintura de Giorgio de Chirico, en la que emplea marionetas.
“En otras ocasiones he usado abanicos, aros, papel. El trabajo con los objetos lleva tiempo, hay que darles una importancia, un peso escénico, posibilidades para que generen lo que uno quiere ver y quiere que ese objeto diga. No puedes poner en escena nomás un objeto así, tiene que tener sentido, una razón de ser, y lograr que transmita al público lo que tú quieres. Esa combinación del trabajo del cuerpo con elementos ajenos pero importantes para la coreografía es muy característico de la compañía”, añade.
CLAVES
Un Nemian renovado
Nemian está hoy integrada por dos generaciones, la de Isabel Beteta, Rosario Verea y Javier Amado, los veteranos de la compañía; y, por otro lado, los jóvenes Angélica Perea, Lizbeth Patricia Rodríguez, Octavio Nájera y Marcos Contreras, quienes arribaron hace un año a la agrupación.
Nemian es una palabra de origen náhuatl que significa “el camino de la vida”, por eso lleva a escena las experiencias de vida de sus miembros, fomentando la investigación personal. Para ser una compañía versátil y abierta a diversidad de técnicas y temáticas, ha invitado a coreógrafos nacionales e internacionales, entre los que se encuentran: Darryl Thomas (EUA), Natsu Nakajima (Japón), Rodrigo Fernández (Chile), Allen Kaeja (Canadá) y Óscar Ruvalcaba (México).
caov