Con placa en Casa Mudéjar, rinden homenaje al actor y director Rogelio Luévano

Su ex compañera, la también actriz Nora Manneck, acotó que el reconocimiento debería ser promovido por el Teatro Isauro Martínez.

A Rogelio Luévano le importaba la trascendencia en todos los sentidos. (Rolando Riestra)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

En una ceremonia sencilla pero nutrida de personalidades culturales, el sábado se rindió un homenaje al actor y director de teatro Rogelio Luévano, personaje clave en la construcción de un lenguaje escénico lagunero. 

Fue en el centro cultural Casa Mudéjar donde luego de recordar su trayectoria, se develó una placa en su honor.

El protocolo contó con la presencia de la actriz Nora Manneck, ex compañera de Luévano; Daniel Miranda Cano, coordinador nacional de Teatro; la secretaría de Cultura en Coahuila, Ana Sofía García Camil; así como el director del Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE), Antonio Méndez Vigatá.

La coordinadora de Teatro del IMCE, Cony Múzquiz Hadad, estableció que se le ofrece honor a quien honor merece y exhortó a los asistentes a continuar celebrando la vida de un grande en la cultura, que sigue presente en cada artista que tuvo el privilegio de conocerlo y trabajar con él, en tanto que la escritora Teresa Muñoz se hizo cargo de recuperar algunas memorias del director, a quien dimensionó como un maestro en toda la extensión de la palabra.

Irreverente, desafiante y exigente, acotó Teresa Muñoz, montó la obra Yerma, de Federico García Lorca y la retó a salir de su zona de confort al darle el papel de María, amiga de Yerma, quien ante la desesperación de su amiga la conmina a no torturarse más. 

Luévano así se perfiló como el maestro en la enseñanza de la creación de lazos vitales, apuntó Teresa Muñoz, quien dijo de su maestro, que sigue alumbrando el camino del teatro en la Laguna.

A este homenaje se sumaron las palabras de Nora Manneck, bailarina, actriz, coreógrafa y directora adjunta de Ludwig Margules, Juan Ibáñez, Juan José Gurrola y Rogelio Luévano, en múltiples puestas en escena. Ella, siendo pareja de Luévano, fue cofundadora de la asociación civil Investigaciones Teatrales de Torreón (ITTAC).

El ser invitada a trabajar a Torreón, afirmó que fue interesante, porque sus antecedentes eran viajar y trabajar por todo el mundo y ante la pregunta de ¿dónde te ha gustado más vivir?, ella se limitó a decir que donde sea porque en cualquier sitio del mundo hay gente buena y mala.

A Nora Manneck le tocó ser testigo de la crisis de edad que sufrió Luévano en sus cuarenta, dijo que padeció una enorme depresión al sentir que no había hecho nada importante. A él, acotó, le importaba la trascendencia en todos los sentidos.

Por tal motivo afirmó que uno muere cuando aparece el olvido y que los homenajes rendidos en la ciudad del actor ya se habían tardado, pues sería un enorme error olvidarlo. 

En cuanto a la placa que lo conmemora ahora en el centro cultural Casa Mudéjar, la actriz acotó que debería ser promovida por el Teatro Isauro Martínez, porque el actor se mantiene en la mente colectiva.

Por su parte, Antonio Méndez Vigatá dijo que Rogelio Luévano no es merecedor solamente de los reconocimientos, pues los homenajes se los rinden los teatristas de la ciudad, que se vieron influenciados por él y por su carrera, así como por quienes tuvieron la oportunidad de ver sus puestas en escena.

GERR

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