Con un Teatro Nazas repleto en sus dos presentaciones durante este fin de semana en Torreón, la magia de la clásica historia de “La Cenicienta” se hizo presente en forma de ópera, con voces virtuosas que deleitaron a miles de asistentes, de la mano con las melodías de fondo de la Camerata de Coahuila y del Coro del Instituto de Música de Coahuila (INMUS).
Mediante una escenografía con colorida iluminación y peculiares vestuarios, se presentó una divertida adaptación de la ópera del italiano ‘La Cenerentola’ (La Cenicienta), de Gioachino Rossini, con la dirección escénica de Mabel Garza y dirección orquestal a cargo de Ramón Shade, quienes dejaron todo listo para presentar una obra inolvidable para los laguneros.
Dividida en dos actos, los protagonistas pusieron al límite su capacidad vocal para que los presentes disfrutaran por un par de horas de una historia adaptada a la modernidad, con algunos cambios en su estructura pero no en la esencia del cuento tradicional, donde un príncipe se enamora de la Cenicienta ante el hostigamiento de sus dos hermanastras.
En esta ocasión, los protagonistas fueron Guadalupe Paz, como la Cenerentola (Angelina)y el tenor Efraín Corralejo, como el príncipe (Ramiro). En la versión de Rossini, aquella malévola madrastra fue sustituída por un padrastro interesado y vanidoso (Don Magnífico), con voz del barítono Josué Cerón.
Resultado de la unión y derrame de talento
Asimismo, no existe un hada madrina ni un carruaje con imponentes caballos, sino un hombre que ayudó a la cenicienta a llegar al baile (Alidoro), interpretado por el bajo Arturo López, ni más ni menos que en un Porsche 911 color blanco con más de 600 caballos de fuerza que rugió en pleno escenario.
En el desarrollo de la obra, Don Magnífico alista a las dos hermanastras, interpretadas por las sopranos Élida Rocha (Tisbé) y por Alejandra López (Clorinda), para cautivar y seducir al príncipe para que eligiera a una de ellas para hacerla princesa, sin embargo, el príncipe Ramiro pidió a su asistente que se hiciera pasar por él, papel del barítono Juan Carlos Heredia (Dandini).
Tampoco le había confesado a la Cenicienta que era el verdadero príncipe, pero el amor entre ellos era visible a todas luces, así que hizo lo posible para invitarla al baile, aunque su padrastro y sus hermanastras se impusieran.
Fue así como se llevó a cabo esta obra que buscará agendar nuevas presentaciones ante la buena respuesta del público lagunero, en lo que es el resultado de la unión y derrame de talento, tanto de los protagonistas, como por el equipo creativo, que se conformó por Miguel Ángel Moya en la escenografía; Gerardo Valdés Alejandro, en la dirección de iluminación; Rosalinda Medellín en diseño de vestuario y Sara Ovalle en las coreografías.
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