Violinista mexicana, premiada por Iberorquestas Juveniles

Adriana Lizbeth García, de 17 años de edad, obtuvo recientemente el galardón Joven Intérprete 2020.

Adriana Lizbeth García Valdivia, originaria de Tepalcatepec, Michoacán. (Foto: Especial)
Ciudad de México /

Por segundo año consecutivo, el programa Iberorquestas Juveniles, que promueve la educación musical, la práctica orquestal y la diversidad cultural iberoamericana entre niños, niñas y jóvenes, lanzó la convocatoria Jóvenes Intérpretes en la que participaron representantes de diversos países del área.

Gracias a su desempeño, Adriana Lizbeth García Valdivia, violinista michoacana de 17 años, obtuvo el galardón Joven Intérprete 2020, en tanto que Evelin Hernández, ganó el segundo lugar en el concurso Compositoras Iberoamericanas 2020.

Originaria de Tepalcatepec, Michoacán, cuando tenía seis años Adriana acompañaba a su madre a sus clases de guitarra y cuando regresaban a casa trataba de sacarle algunos sonidos al instrumento, pero se trataba sólo de un juego más.

En 2014 se creó en su comunidad el Ensamble Comunitario de Arpa Grande, integrado por ejecutantes de violín, arpa, jarana y vihuela, al que se unió por invitación de una amiga. “Yo, sin pensarlo, elegí el violín. Ni siquiera conocía este instrumento. Alguna vez había visto un mariachi, pero no recuerdo si le puse atención al violín”.

Ensamble Comunitario de Arpa Grande. (Foto: Especial)

La pequeña se enamoró del instrumento y de la sensación de hacer música, así como “de la experiencia de sentir las vibraciones del violín y estar con mis demás compañeros y mis maestros”.

Adriana se formó en el ensamble tocando un repertorio en el que abundan los sones planecos, típicos de la región. “Siempre recuerdo el primer son que toqué: ‘El rey del son’. Tal vez pase mucho tiempo para que vuelva a tocarlo, pero siempre lo recuerdo”.

Si bien todavía es integrante del Ensamble Comunitario de Arpa Grande, desde septiembre también forma parte de la Orquesta Jóvenes Líderes, del Sistema Bajío del Estado de Guanajuato. Ambas agrupaciones forman parte del Sistema Nacional de Fomento Musical.

Impulsada por sus maestros, se inscribió a la convocatoria del concurso, aunque ni siquiera sabía lo que iba a tocar. “Ya tenía preparado un video, pero tenía que completarlo porque pedían un programa más largo”.

Finalmente se decidió por tocar dos movimientos de la Partita para violín solo No. 2, de Johann Sebastian Bach, y un son tradicional. “Para mí y mis maestros era importante que el jurado se diera cuenta donde comencé en la música, de dónde provienen mis raíces”, dice la joven intérprete.

—¿Crees que interpretar sones influye en tu forma de tocar música de concierto?

Sí, porque cuando nos enseñan a tocar música tradicional lo hacemos de una manera muy diferente, porque se ejecuta con mayor libertad, y la mayoría de los sones son de carácter alegre, brillante. De alguna manera desarrollamos más la mano derecha, haciendo el arco más fluido, lo que me ha funcionado mucho en la música orquestal.

—¿Cómo te enteraste del resultado?

Me enviaron una liga directa a la página de Iberorquestas Juveniles, donde había un artículo con los resultados. Lo leí y recibí una gran sorpresa. El artículo decía que era un honor anunciar el fallo del concurso, donde obtuve el premio de Joven Intérprete.

—¿Qué significa para ti ganar este reconocimiento?

Es un honor y una gran motivación para seguir echándole ganas a todos los planes que vienen por delante. Además, el haber ganado como integrante de un ensamble, una colectividad, constituye un premio para todos, para el esfuerzo que hacemos.

—¿Cuál es la importancia de estos ensambles de música tradicional?

Su importancia radica en la preservación del patrimonio cultural porque se trata de música meramente mexicana, las raíces de nuestro país, porque hay ensambles de sones planecos, pero también huastecos, jarochos o de marimbas. De alguna manera, a los niños y jóvenes nos lleva por otro camino y nos hace valorar nuestras raíces.

PCL

  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.

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