Escribí como un loco para no perder la razón: Leonardo Padura

Letras

El cubano fue una de las presencias destacadas en la Feria del Libro de La Habana, donde presentó la nueva edición de Las cuatro estaciones.

Para el escritor sus libros son falsas novelas policiacas. EFE
América Gutiérrez
La Habana /

La tarde que llegamos a Cuba, no había viento ni petróleo —como los cubanos le llaman a la gasolina—, las filas eran largas y el escándalo se mezclaba con el rumor de las olas rompiéndose frente al malecón. La luna llena sometía el agua a su alrededor, “tornadiza, abierta y furiosa,  como escribiría Alejo Carpentier.

Amanece, está nublado, hay rastros cobrizos en un cielo gris que amenaza lluvia. Caminamos por el Paseo del Prado hacia el parte central a tomar la guagua para llegar a la zona del Morro donde está la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

Al llegar a la XXIX Feria Internacional del Libro de La Habana, nuestra bienvenida es un alegórico espectáculo de papalotes que aparentan ser medusas en un cielo despejado por la brisa marina. Cruzamos el imponente fuerte para orientarnos; al llegar al Patio de los Jagüeyes, confluye son, trova y verso improvisado.

Llegamos directo al sentido homenaje a Eliseo Diego en el centenario de su natalicio, para después presenciar la entrega del Premio Nacional de Literatura concedido a la poeta, dramaturga y ensayista Lina de Feria, que en sus poemas nos recuerda que quizás “aunque hay algo vivo en todo/ creo que nunca acabaré de comprender la vida/ni esta noche espléndida para morirse”. 

Leonardo y Mario

La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña se convierte en un organismo vivo, por sus pasillos la gente fluye como torrente sanguíneo, familias enteras buscan escuchar las charlas y presentaciones, aunque el objetivo principal es tener acceso a libros de importancia universal a precios populares.

Es hora y tomamos el mejor lugar posible en la sala Alejo Carpentier para la presentación de la nueva edición de la tetralogía Las cuatro estaciones de Leonardo Padura. Los cubanos leen a Padura y piensan en Mario Conde como un personaje que se volvió parte de su barrio, el sentido de pertenencia trascendió Cuba, el Conde también pertenece de alguna manera al mundo.

Padura se refiere a Mario Conde como un personaje con una perspectiva distinta a la que tenían los policías de las novelas policiacas cubanas. Mario Conde es una metáfora, encarna una posibilidad, una manera de ver la vida, de asomarse a la realidad cubana de su tiempo, por eso durante su evolución deja la policía para luego dedicarse al oficio de vendedor de libros viejos. Para el autor sus libros son falsas novelas policiacas, relatos en los que el elemento de la literatura policial era para tomar distancia de la novela policiaca cubana de la época y para acercarse al sentimiento de frustración de su generación, que va en dos sentidos, uno con la mirada puesta en la utopía en la que igualdad y plenitud para todos, que no sucedió cuando con los últimos bastiones socialistas se desmoronaron a los lejos. La vida de esa generación se detuvo, no mejoró. La literatura evitó que Padura perdiera la razón, revela que escribió como loco para no volverse loco.

Para entender

Cuba sigue siendo una sociedad particular respecto a las libertades, es el único país desde un punto de vista de su estructura política y su funcionamiento económico distinto al resto del mundo, porque, continúa regido por un partido comunista, tiene una economía socialista planificada, no es una economía de mercado, no es una economía libre.

La Feria del Libro de La Habana es un espacio de diálogo que tuvo su primera edición en el Museo Nacional de Bellas Artes. Hoy, esta manifestación contó con la participación de poetas como Alex Pausides, Tito Alvarado e Hildebrando Pérez. Y comparte experiencias como la conferencia de Víctor Ángel Fernández sobre la creación del primer libro digital cubano. 

La historia a través de las páginas

A Emilio Roig de Leuchsenring y José Luciano Franco se debe la primera feria dedicada al libro en mayo de 1937, aunque no tuvo mucho éxito entre el público. Luego de varios intentos que no tuvieron gran repercusión, en 1982 se llevó a cabo la primera Feria del Libro de la Habana, a la que se invitó a representaciones de varios países de América Latina.


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