Qué vergüenza, el primer libro de la escritora chilena Paulina Flores obtuvo los Premios Roberto Bolaño, el Círculo de Críticos de Arte a la Mejor Escritora Novel, y el Municipal de Literatura de Santiago. Este año fue seleccionada por la revista Granta como una de los 25 mejores narradoras en español menores de 35 años.
Ahora ingresa al universo de la novela con Isla decepción (Seix Barral, 2021), una historia inspirada en hechos reales, pero al mismo tiempo construida de múltiples preocupaciones y hasta la reflexión sobre el sentido de la escritura: la trama de unos personajes que huyen, una historia de amor, la relación entre un padre y una hija. Está el asunto de la comunicación, a través de un personaje coreano que trata de hablar con chilenos en Punta Arenas y con la propia tripulación del barco en el que trabajan, que viene de Indonesia y Filipinas.
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“Hay una propuesta estética, más poética, sobre todo al final del libro. Para mí, tiene que ver con todas las obsesiones y las cosas que me gustan: soy un poco caótica en el día y como que mezclo todo, si te mostrara mi pieza te vas a encontrar con un caos lleno de elementos, me preocupo por cada temática, me obsesiono de a poco. Es una novela que se escribió en cuatro años y que se pensó durante cinco”, explica a MILENIO la escritora, nacida en Santiago de Chile (1988).
En entrevista, Paulina Flores reconoce que se entregó al proyecto sin entender mucho lo que estaba haciendo, se dejaba guiar por la intuición y hasta por el riesgo, y en el mismo proceso de escritura empezó a comprender algunas cosas de su propia búsqueda estética: que el proceso de escribir la novela fuera la novela.
“Cuando escribo literatura no soy de las que pone las ideas de manera directa, me gusta que todo esté latente o sugerente. Para mí, lo del cambio climático, por ejemplo, surgió en el panorama y fue muy fuerte para mí tomar conciencia; recuerdo que cuando era niña no había tanta basura como ahora en la playa, algo que uno puede ver en el día a día: tenía que hacerlo, porque hablaba de marineros o del mar, que es como el gran basurero del planeta. Para mí era importante hablar de eso, fue como una pulsión”.
Isla decepción parte del convencimiento de que cada personaje actúa y hace lo que hace, toma ciertas decisiones, porque tiene un pasado y es algo que construye, excepto que en ese tiempo puede haber mucha soledad, incomprensión y dolor, “pero también la novela hace que los personajes se comuniquen, dialoguen, se vinculen, más allá de las palabras o del lenguaje mismo, en las atmósferas, en un contexto”, a decir de Paulina Flores.
Como escritora, Paulina Flores sigue la idea de plantearse la creación literaria como un espacio para hacer más preguntas, quizá con la intención de confirmar algunas hipótesis, para lo cual también se dio a la tarea de leer muchas novelas para entender el género.
“Y me quedó esta novela, esta historia que, en momentos, se hace muy extraña, pero yo quería que fuera rara, no una serie de Netflix”.
PCL