Como parte del programa de actividades del quinto Festival Letras en Tepic, en su formato virtual, se llevó a cabo la mesa redonda Literatura argentina contemporánea, en la cual participaron Hernán Ronsino, Hinde Pomeraniec y Gabriela Cabezón Cámara, quienes no sólo reflexionaron sobre su lugar en el canon literario, sino sobre las dificultades que tienen para ejercer el oficio.
“En Argentina, la literatura no está subsidiada por el Estado, no hay becas, si acaso uno que otro premio, pero tienes que ser austero para que lo obtenido te dure unos tres meses. Eso que supone un mercado me parece una interrogante, porque se piensa en una fórmula, una apuesta por lo que vende y lo que vende es muy poco”, a decir de Gabriela Cabezón, autora de títulos como La virgen cabeza, Le viste la cara a Dios y Las aventuras de la China Iron.
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Desde su perspectiva, apostar al mercado del libro en su país sería como ganarse la lotería, de ahí que lo más importante sea asumir la creación literaria como la burbuja que los abraza y, después, les da la posibilidad de la liberación creativa. Y es que dentro de la literatura argentina hay grandes nombres que han logrado superar las fronteras geográficas, acompañados de los grandes grupos editoriales, pero también hay una especie de movimiento donde, de la mano de los sellos independientes, los autores ganan terreno fuera de Argentina
El objetivo primordial es responder a la calidad antes que al mercado, pero incluso se ha generado una especie de grupo de escritores casi de culto, en gran parte porque son publicados por los sellos independientes en Argentina, destacó Hernán Ronsino, durante la mesa, moderada por Mónica Maristain.
“A mí me gusta trabajar con una perspectiva anacrónica, de lo que el presente puede imponer: esa perspectiva no es una decisión planificada, sino lo que me interesa hacer y en ello hay un posicionamiento respecto a la novedad en el mercado o a la actualidad literaria”, en palabras de Ronsino, autor de títulos como Lumbre y Cameron.
En lo que coincidieron los tres escritores, es que hay un modelo que se está poniendo en crisis en su país: la falta de diálogo con otras provincias argentinas, con lo que se tiene la posibilidad de tener un conocimiento más amplio de lo que se escribe por allá.
PCL