El fallecimiento del poeta, ensayista y traductor, David Huerta (1949-2022) provocó las reacciones de amigos, alumnos e instituciones que recordaron su trabajo.
El escritor y poeta Luigi Amara, dijo a MILENIO que a Huerta prácticamente lo sorprendió la muerte.
“Hablé con él la semana pasada, había quedado de visitarlo en su casa hoy martes. Me dijo que se sentía mal, que tenía un problema de riñón, pero creo que ni él dimensionó la magnitud del problema, me decía: ‘me canso y estoy haciendo todo muy lento pero vente y nos tomamos un té’, creo que no se percató de la gravedad de la enfermedad y nos sorprendió a todos, no sé los detalles, pero evidentemente la muerte siempre nos sorprende y no la vimos venir”.
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Para Amara, David Huerta era un “sensei en todo el sentido de la palabra y era uno de los poetas más arriesgados en su momento, alguien que amó profundamente la poesía, creció con ella, rodeado de libros y se entregó a ella, primero de un modo desbocado, experimental, muy arriesgado, lo cual dio lugar a sus primeros libros, en particular, Incurable. Después, ya con más reposo, con más meditación y con más estudio, siguió siendo un devoto de la poesía. Editó libros, comenzó a investigar y a detenerse en los detalles del oficio de la poesía y creo que en esa etapa formó a muchos poetas, fue un gran profesor e influyó en muchos poetas mexicanos, como en mi caso, siempre lo consideré como un maestro cercano y siempre fue muy inquieto por ver qué pasaba en la poesía joven”.
El escritor Alberto Chimal, quien fue alumno de Huerta, opinó que además de ser un gran poeta fue un gran maestro que inspiró a muchos escritores. “Es una pérdida terrible, fue mi amigo y se siente un golpe muy fuerte”.
Formador de poetas
Desde muy joven, Huerta impartió clases de literatura y coordinó talleres de creación literaria. Fue coordinador de talleres literarios en la Casa del Lago, articulista de la Revista de la Universidad de México y, desde 2010, profesor de asignatura en la Facultad de Filosofía y Letras, entre otros espacios.
“Fue maestro en muchos lugares y dio cursos de todo tipo. Realmente ese magisterio, aunque no se ve necesariamente tanto como la obra poética, fue otra parte importantísima del legado de David, precisamente, porque él dio a conocer a miles de personas la poesía y el arte en general”.
Chimal, explicó que la influencia de Huerta no solo se dio en los poetas mexicanos.
“No soy el único narrador que te puede decir que el gran maestro de su vida fue él, un poeta, David Huerta. Con él aprendí un montón de libros, de autores y acerca del valor que tiene el trabajo de la escritura, eso es algo que no siempre se enseña, considerar a la escritura un oficio, él siempre defendió eso, integrar la escritura con la vida, poner el cuerpo junto con la conciencia y el espíritu en la escritura y es una enseñanza valiosísima para cualquier persona que quiera escribir”.
Alberto Chimal recordó a David Huerta como un maestro generoso, “buena onda y erudito al mismo tiempo.
“Nunca fue arrogante ni agresivo. En ocasiones se podía disgustar, pero sobre todo, muy ocasionalmente, con la tontería, con el dogmatismo, con esas formas de no leer que a veces se disfraza de literatura, con la gente pedante o pretenciosa, ése era su límite”.
Además de Amara y Chimal, varios escritores e instituciones lamentaron la muerte del poeta en redes.
“Lamentamos el sensible fallecimiento de nuestro amigo David Huerta, enorme poeta mexicano que recibió el Premio FIL de Literatura en 2019. Enviamos nuestras condolencias a su esposa, Verónica Murguía, y nos unimos a la pena de su familia, sus amistades y la comunidad literaria”, informó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La escritora Rosa Beltrán escribió: “Acabo de recibir la terrible noticia de la muerte de David Huerta, el inmenso poeta de Incurable, titular de la Cátedra Octavio Paz de la UNAM, amigo entrañabilísimo y esposo de mi adorada Verónica Murguía. No hay más que dolor en este instante”.
El escritor Martin Solares dijo: “No puedo creer que falleció el gran David Huerta, un escritor extraordinario, siempre sonriente, amigo y maestro de muchas generaciones. La literatura mexicana pierde a una de las voces que mejor podían invocar a la poesía”.
Carmen Boullosa lo recordó así: “Descansa en paz, poeta, querido David Huerta: lo siento (y mis hijos también: los dos recibieron sus primeros juguetes, recién nacidos, de tu mano). Allá te reciben con júbilo, equivalente al pesar que te manifestamos los vivos: no estás ni estuviste solo”.
El narrador Luis Jorge Boone aseguró: “El mundo es una mancha en el espejo. Se ha ido el inmenso David Huerta, tan querido y admirado. Nos queda su poesía y su recuerdo. Levedad y paz en su camino”.
“Descansa, David… que me salvaste la vida”, señaló el escritor Jorge F. Hernández en sus redes sociales.
Julián Herbert se despidió así: “Qué fortuna tuvimos quienes pudimos estar alguna vez en contacto con la luz que emitía David Huerta. Nada nos va a despojar de esa alegría. Ni siquiera esta honda tristeza. Buen viaje, maestro. Siempre serás (como bromeábamos en serio) un poeta de mi generación”.
La Secretaría de Cultura publicó: “Lamenta el sensible fallecimiento del poeta, editor, ensayista y traductor mexicano David Huerta, quien fue miembro del Sistema Nacional de Creadores. Entre sus obras destacan Incurable, El jardín de la luz, Cuaderno de noviembre y Las hojas.
“La poesía no arregla nada”
En una entrevista publicada en MILENIO, el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019, comentó: “La poesía no arregla nada. No puede reencauzar el mundo. No puede devolverle un equilibrio a la cultura, como dices; aunque no veo cómo y cuándo se desequilibró. La poesía no puede hacer ninguna de esas cosas. No está diseñada para eso. Es un poco inútil pedirle respuestas, recetas, programas de acción, a una forma del quehacer humano que poco tiene que ver con la intervención de bulto, crasa, en la realidad. No, no. Quizá esa expectativa viene de alguna pulsión muy antigua encerrada en el inconsciente y que identifica a los poetas con los sacerdotes de las religiones más viejas, hombres de poder que podían, ellos sí, ofrecer cambios en el mundo y llevarlos a cabo”.
La UNAM le rinde tributo
Hoy, a las 18:oo horas, por las redes sociales de la Dirección de Literatura y de CulturaUNAM se transmitirá la lectura “La música de lo que pasa”, organizada por las cátedras Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco y el Colegio de San Ildefonso, entre otras instituciones.
El jueves 6 de octubre, a las 18:00 horas, TV UNAM transmitirá, en todas sus señales, el programa “In Memoriam David Huerta”, con la participación de Jorge F. Hernández y Hernán Bravo Varela.
Como parte del programa del II Encuentro Internacional de Cátedras, que se desarrollará en el marco del Festival CulturaUNAM, David Huerta participaría en la mesa “Los libros migrantes”. Ante su sorpresiva muerte, la mesa se transformará en un homenaje y será transmitida por el canal de YouTube de la Unidad Académica de CulturaUNAM el jueves 13 de octubre, a las 17:00 horas.
La siguiente semana, CulturaUNAM y varias de sus dependencias presentarán el evento “Lumbre de todos los comienzos. Homenaje a David Huerta”.
David Huerta nació en Ciudad de México el 8 de octubre de 1949. Poeta, ensayista y traductor. Estudió filosofía, letras inglesas y españolas en la UNAM. Impartió cursos en la Fundación Octavio Paz y en la Fundación para las Letras Mexicanas; secretario de redacción de La Gaceta del FCE; miembro del consejo editorial de Letras Libres; director del Periódico de Poesía. Colaborador de Diorama de la Cultura, El Universal, La Gaceta del FCE, Letras Libres, Nexos, Novedades y Proceso. Becario de la Fundación Guggenheim, 1978, y del FONCA, 1989.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Premio Diana Moreno Toscano 1971. Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada 1990 por Historia. En 1998, los estudiantes de la Preparatoria Popular le otorgaron la medalla “Mártires de Tlatelolco”.
Premio Xavier Villaurrutia 2005 por Versión. Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015. Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, otorgado por la UADY, UC Mexicanistas y la FILEY.
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