Al escritor venezolano Rodrigo Blanco se le conocía por sus cuentos, género en el cual publicó títulos como “Una larga fila de hombres” o “Los invencibles”, además de obtener distintos reconocimientos, entre ellos una mención en el Premio Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz, del Estado de México.
Su vinculación con México, entonces, tiene ya muchos años, si bien se concretó con el hecho de haber obtenido, en Guadalajara, el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, en su tercera edición, a donde llegó procedente de Málaga, en España, su lugar de residencia desde hace seis meses, antes estuvo tres años en París.
“He descubierto que lo que he hecho, en lugar de desligarme de mi país, me ha permitido tensar la cuerda que me mantiene atado a mi país de una manera que la disfruto, porque toda mi familia y la de mi esposa sigue viviendo allá, hablamos todos los días; pero al mismo tiempo es una forma desgarradora, porque es no estar en ningún lado, no terminar de arraigar donde uno está y saber que ya no puedes regresar por la situación actual y porque el país en el que uno creció ya no existe”.
Y es que es uno de los más de cinco millones que han abandonado Venezuela a causa de la situación por la que atraviesa el país, de ahí su interés porque la literatura empiece a dar cuenta de la realidad, lo que él intenta a través de la novela The Night, convencido, sin embargo, que aún no hay una literatura que dé cuenta de eso.
“Habría que ver —porque todavía es muy temprano— cómo se va a traducir literariamente ya el proceso no de migración, sino de éxodo masivo que se está dando en la actualidad, en unas circunstancias verdaderamente dramáticas. Los géneros periodísticos ya han dado cuenta del fenómeno, hay que esperar un tiempo para ver cómo se cuenta a través de la literatura, pero es una conmoción de todas las certezas que nosotros como venezolanos teníamos, tanto para los que nos fuimos como para los que todavía están en Venezuela, porque el país ha cambiado radicalmente”.
SUS IMPLICACIONES ARTÍSTICAS
A sus 38 años de edad, Rodrigo Blanco no sabe si definir las razones de su literatura como obsesiones, fantasmas o heridas, pero sí tiene la certeza de que hay mucha angustia en sus sensaciones, al tiempo de una forma de nostalgia, porque a veces quisiera compartir los buenos momentos por los que atraviesa con amigos o familia venezolana.
“A veces es un distanciamiento que hago con conciencia para cuidarme, porque necesito a veces mirar la tragedia como si yo fuese otro, pero es una dinámica que la mayor parte del tiempo no depende de mí, y hablando con otros migrantes que se fueron del país años antes que yo, me han dicho que es un dilema que nunca se resuelve”.
Si bien desde hace cuando menos cuatro años está fuera de Venezuela, Rodrigo Blanco mantiene comunicación con su familia y con la comunidad cultural de su país, de ahí que se muestra convencido de que todos las manifestaciones artísticas, como el cine, las artes plásticas, la música, la narrativa o la poesía, están marcadas “por esta crisis que ha roto el país literalmente y su historia en dos, y creo que es como una herida en la que vamos a seguir sangrando mucho tiempo después aun cuando esto se arregle en algún momento”.
Una experiencia del exilio para el escritor venezolano es que tarda tiempo en concentrarse para la escritura, porque la misma situación de volver a instalarse en un nuevo país “me ha impedido concentrarme, por una cantidad de diligencias del inmigrante que te impiden sentarte a escribir”, pese a estar convencido de que el acto de escritura requiere de un mínimo de conexión “con el espacio donde uno está”.
CLAVES
BOGOTÁ39
Nacido en Caracas, en 1981, Rodrigo Blanco Calderón fue seleccionado en 2007 para formar parte del grupo Bogotá39, con 26 años.
THE NIGHT
The night se publicó en México en 2017, bajo el sello de Alfaguara, con la que obtuvo el Premio Bienal Mario Vargas Llosa.
EN FRANCÉS
La versión francesa de la novela (Gallimard, 2016) obtuvo el Premio Rive Gauche à Paris en la categoría mejor novela extranjera.
MÁS DE 400
La novela del venezolano fue elegida de entre las más de 400 que respondieron a la convocatoria de la Bienal Vargas Llosa.
ENTRE ESPAÑA Y CHILE
Con el premio, otorgado la noche del jueves, el nombre de Rodrigo se unió a los del español Juan Bonilla y del chileno Carlos Franz.
MÁS TINTA
En la actualidad, el narrador trabaja en algunos ensayos, en reseñas literarias y en un borrador de novela que apenas empezó a escribir.