En los estantes de la Biblioteca Nacional de Suecia resalta un libro cuya historia ha capturado, durante siglos, la atención de más de uno: el Codex Gigas —libro gigante—, también conocido como la Biblia del Diablo.
Su inusitado tamaño y la imagen de un demonio en una de sus páginas le han valido una fama que bordea los relatos míticos. Pero el misterio a su alrededor también ha sido construido por numerosas inscripciones con la frase "Yo estuve aquí", que revelan la curiosidad de tantos que se han interesado en él.
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A cambio del perdón, el monje ofreció escribir un libro que incluyera todo el conocimiento de la humanidad y los testamentos bíblicos. El reto, además, sería concluido en una noche.
La autoridad aceptó la propuesta del monje, pero éste no tardó en darse cuenta de que la labor sería poco menos que titánica, de modo que acudió a Satanás para lograrlo. Finalmente, la obra quedó terminada —como se había prometido— a la mañana siguiente, pero el Diablo no aceptaría un trato tan precario: a cambio tomó el alma del monje y plasmó su imagen en una página del manuscrito.
Hasta ahí la leyenda. La versión de los historiadores es menos asombrosa, pero más verosímil.
Según los expertos, aunque su verdadero autor sigue siendo desconocido, el libro fue escrito entre 1204 y 1230 en la región medieval de Bohemia, actual República Checa. En su tiempo fue considerada una de las maravillas del mundo.
Su primer propietario vivió en el monasterio de Podlažice, cerca de Chrudim, en el corazón checo, aunque es poco probable que el escribano haya pertenecido a ese sitio, pues era una orden de bajos recursos.
La imagen que le dio al libro su diabólico sobrenombre aparece en la página 290. El Diablo está enmarcado entre dos altas torres. Tiene piernas y brazos extendidos y cuatro dedos en cada extremidad.
Es la contraposición de otra página menos famosa, que muestra a la Ciudad Divina. Ambas fueron diseñadas para mostrar las ventajas y desventajas de la buena y mala vida.
Aunque los retratos de demonios son comunes en el arte medieval, el Codex Gigas es uno de los pocos ejemplos de esta representación en libros.
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