¿Esta reliquia podría probar la existencia del profeta Isaías?

Una pieza de arcilla descubierta en Jerusalén podría ser la primera referencia no bíblica del personaje, de acuerdo con una arqueóloga.

Ciudad de México /

Un sello de hace 2 mil 700 años, descubierto en una excavación en Jerusalén, muestra lo que podría ser la firma del profeta Isaías, de acuerdo con un artículo publicado en la revista Biblical Archaeology Review.

En el texto, la arqueóloga Eiliat Mazar sugiere que la antigua escritura hebrea grabada sobre una pieza de arcilla dañada pudo haber dicho "Perteneciente al profeta Isaías".

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De ser correcta la aseveración de Mazar, se trataría de la primera referencia a Isaías que no pertenece a la Biblia, donde se le describe como un ministro de Judá durante el mandato del rey Ezequías.

El sello es una de las 34 piezas descubiertas durante la excavación que hizo Mazar en Ophel durante 2009, en las faldas del Monte del Templo en Jerusalén. Todas las piezas fueron recuperadas de una fosa de basura perteneciente a la Edad de Hierro.

En la pieza se puede ver la inscripción Yesha'ya[u] —nombre hebreo de Isaías—, seguido de las letras nvy, palabra posiblemente incompleta debido a los daños en la pieza.

Mazar asegura que si a nvy le siguiera un aleph, primera letra del alfabeto hebreo, el resultado sería la palabra profeta. En conjunto la frase diría "Perteneciente al profeta Isaías".


No obstante, la arqueóloga se mantiene cautelosa, pues asegura que su interpretación de nvy es sólo una de las múltiples que puede haber y esto significa un "obstáculo mayor". Sin la letra aleph —advierte Mazar—, nvy podría ser sólo un nombre propio o un lugar.

Por su parte, Christopher Rollston, profesor de lenguas semitas en la Universidad George Washigton, alerta sobre la confusión que puede generar la palabra incompleta.

"La mayoría de las inscripciones bíblicas están firmadas como El profeta, y no simplemente como profeta", asegura. Además, advierte que por aquel entonces había decenas de personas con el nombre Isaías u otros parecidos.

"Por tentadora que sea esta lectura, no es algo que debemos asumir como cierto", concluye Rollston.

ASS

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