Aunque algunos críticos no perdonan a Krzysztof Penderecki que, después de haber transitado por el avant garde volviera a formas de composición más tradicionales, el compositor y director de orquesta polaco piensa que todo es parte de su vida.
El músico esboza una sonrisa y expone: "He sido compositor durante más de 70 años, porque empecé cuando tenía siete años y ahora tengo 80. He escrito mucha música en ese periodo y he vivido en tiempos diferentes, en atmósferas de tensión diversas: el tiempo de la guerra, la posguerra, la opresión rusa en Polonia y luego esta lucha por la libertad que fue el movimiento Solidaridad... Fueron tiempos e inspiraciones diferentes".
En entrevista con MILENIO dice que en el movimiento Solidaridad, que con Lech Wałesa creó el primer sindicato libre en el bloque del Este, "mi música, Lacrymosa, se conectaba más con el tiempo que estaba viviendo en Polonia. Dies Írae fue escrita en 1967 para las víctimas de Auschwitz y, a principios de los sesenta, escribí Treno a las víctimas de Hiroshima. Los tiempos cambiaban y mi música también".
Dice que nunca se ha involucrado políticamente, si acaso con Solidaridad, porque "con mi música quería apoyar este movimiento que fue muy fuerte e importante para Polonia. ¡Imagínese: 12 millones de integrantes! Primera vez en la historia que realmente todo mundo se vinculaba, así que mi música también lo hizo".
Hoy a las ocho de la noche y mañana al mediodía, el compositor dirigirá a la Orquesta Filarmónica de la UNAM en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. Ya que el solista invitado, el flautista Massimo Mercelli, eligió tocar dos piezas con él: Concierto para flauta en Re Mayor, de Boccherini, y su Sinfonietta para flauta No. 2, originalmente escrita para clarinete. "Luego tocaré la chacona del Réquiem polaco, que escribí tras la muerte de Juan Pablo II, y después la Sinfonía No. 7, de Dvorák".
Confiesa que adora tanto a Dvorák como a Beethoven o Brahms, "especialmente esta Sinfonía No. 7, que no es tan tocada porque es muy complicada. Sin embargo, pienso que es su mejor sinfonía, aunque las más populares son la 9 y la 8, pero la 7 es grandiosa. Siempre me gusta tocar lo que me gusta", indica con una sonrisa.
Penderecki diceque "nunca se ha tocado tanta música. Hay miles de festivales en todo el mundo, como nunca antes; en Polonia tenemos más de 200, incluso en lugares pequeños. Casi en todos se toca música clásica, pero también rock, pop o folclor. Estamos rodeados de música: vas al restaurante, te sientas en el lobby del hotel y tienes que escuchar algo de fondo. ¡Incluso si vas al baño debes escucharla! Creo que nuestra vida está un poco contaminada por la música.