“Ha sido difícil y ha sido maravilloso ser poeta, las dos cosas”, dijo a MILENIO Raúl Zurita (Chile, 1950), una de las figuras de la novena edición del Hay Festival, que concluyó ayer.
Sus ojos son grandes, su andar lento y su voz retumba desde las entrañas. “He vivido la poesía y eso implica sufrimiento y también sus grandes dosis de alegría. La poesía es un arte cruel. Un artista siente que lo que ha hecho se cuaja en una forma de felicidad enorme, y también es una historia romántica donde toda la poesía es la vida, es mi vida”
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Para Raúl Zurita, quien quiso ser ingeniero pero el golpe de Estado en su país no lo dejó, no es necesario sufrir para escribir poesía puesto que “sufrir es tonto porque el sufrimiento no llega a nada. Cuando tú sufres, tu único deber es salir de eso como sea. El que sufre se martiriza y se hace pedazos pero no va a salir nada, un solo poema, es la lucha por estar vivo”.
Habla lento, reflexiona cada palabra y comenta que los poetas persisten en la terca y tímida esperanza: “La poesía no puede parar el bombardeo en Palestina, la poesía no puede parar el tráfico de niños, no puede parar una dictadura militar o una guerra y, sin embargo, la poesía no puede desaparecer, ni los sueños”.
A sus 74 años, el poeta dice que, como todos, espera morir en paz. “La muerte está allí, mirando. Finalmente no somos más que metáfora de lo mismo, todos somos iguales en nuestro deseo de amor y en el tema de la muerte”.
Zurita agrega que la poesía lo afecta y lo traspasa.
Respuestas que ignoramos
Sobre las nuevas tecnologías, el poeta critica a la inteligencia artificial: “Claro que el lenguaje artificial puede escribir poemas, incluso como los mejores poetas, pero es una muestra profundamente espantosa y está lejos de crear verdadera poesía”.
El escritor contesta cada pregunta con absoluta inteligencia y confiesa que nunca usó la poesía para enamorar a nadie: “Hay poetas que se ufanan de eso, pero yo no porque hay una gran diferencia, cuando tú te le declaras a alguien está todo, tu timidez, tus equivocaciones, las lágrimas, todo está ahí y en una sola cosa cuando tú quieres decir ‘te amo’, pero la poesía tiene que ser más fuerte que eso, sin las lágrimas y sin la timidez.
“¿Qué le preguntaría yo a la poesía? La poesía son esas respuestas cuyas preguntas todavía ignoramos por eso está tremendamente viva”.
Al final de la entrevista, el poeta chileno cuenta que terminó algo muy bello. “Es una palabra que estuve tratando de escribir durante 20 años, es sobre los acantilados y finalmente lo logré. Es lo último que he hecho y tal vez sea lo último que haga porque es insuperable. Hice lo que hice y estoy en paz con la vida, en general lo estoy ahora”.
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BSMM