El escritor y analista político Fabrizio Mejía Madrid, a través de un discurso aceptó la distinción que le otorga con el Premio John Redd la Fundación John Reed y el Proyecto Cultural Revueltas, ambos sustentados por la sociedad civil de la Comarca Lagunera.
“Hola, soy Fabrizio Mejía Madrid y le agradezco al Proyecto Cultural José Revueltas y a la Fundación John Reed por haber pensado, desde luego inmerecidamente en mí, para aportar este reconocimiento. Digo inmerecidamente no por una escasez de arrogancia, una fingida mesura, sino por dos razones a mi juicio muy poderosas. Una es quien entrega este premio y la otra son los nombres de John Reed y José Revueltas.
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“Empiezo por quien me reconoce. Estamos acostumbrados a los premios que entregan organizaciones fachada, de grupúsculos con intereses espurios. Hay tantos ejemplos y tan inocuos que no voy a ocupar tiempo en enlistarlos. Este, en cambio, lo otorgan habitantes de la Comarca Lagunera, una región que ha sido guerrillera desde los tiempos de Pancho Villa y hasta los jóvenes de Acción Revolucionaria. Una región que apoyó como pocas el surgimiento del Cardenismo en sus dos etapas; con Lázaro Cárdenas y con su hijo Cuauhtémoc”.
Asimismo Fabrizio Mejía Madrid reconoció a la Comarca Lagunera como una región de organización de colonias populares que lograron implementar la autogestión revueltiana. Sobre el premio, dijo que se sustenta en una red de maestros rurales que promueve las lecturas colectivas en escuelas radicadas en Durango, Coahuila, Chihuahua y Michoacán.
En ese sentido, Mejía Madrid consideró que esta distinción la impulsan quienes trabajan en la organización popular, sorteando adversidades y cosechando un gran trabajo.
“Cuando José Gerardo Alvarado me comunicó este premio, que le agradezco, trajo a su memoria los nombres del gran narrador de la guerra sucia en México, Carlos Montemayor, quien tuvo la iniciativa de este premio, y de José Santos Valdés, el enorme maestro que profesaba con el ejemplo, creador de la educación rural democrática, que recorrió México educando a los hijos de los campesinos, de los indígenas, de los más pobres”.
El periodista reconoció la fortaleza del maestro Santos Valdés, quien como un verdadero formador y no como muchos otros que sólo buscan el reconocimiento fácil a través de una imagen de autoridad, durmió en jacales, en casas de obreros y hogares de profesores por todo Zacatecas, Coahuila, Sonora, Tamaulipas, Durango. Querétaro, Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Tabasco, Hidalgo y la Ciudad de México.
“José Santos Valdés quien dijo en 1968 ‘El papel del que escribe para el pueblo es el de siempre: siempre estar del lado de los débiles porque de ellos es la humana razón’. Ante estos gigantes me puso el maestro Alvarado y no pude sentir sino lo que quiero expresarles hoy, que es una profunda gratitud.
“La otra razón de mi sobrecogedora modestia es lo que este premio invoca: las figuras de John Reed y José Revueltas. Para mí Reed es todo lo que le falta al periodismo en estos momentos, alguien que vaya a los lugares donde están sucediendo los acontecimientos. Ahora estamos llenos de periodistas que sustituyen los sucesos con sus propias opiniones, que creen que la realidad es una hoja de Excel de las compras del gobierno, o que la Wikipedia es una fuente de información veráz”.
En ese sentido también acotó que algunos reporteros repiten inferencias o suposiciones sustentadas en el rating. En cambio, dijo, John Reed era un periodista que vivió con sus personajes y desde sus primeros reportajes de la huelga de los trabajadores textiles en Paterson, New Jersey, el seguimiento a la Revolución Mexicana o el reporteo de bolcheviques en la Rusia zarista, Reed narra el surgimiento de sociedades únicas a través de las revolución social y socialista, respectivamente, eligiendo narrar la verdad y la razón de los débiles que se revelan.
Fabrizio Mejía Madrid concluyó que tanto Reed eligió narrar la realidad y escribió sobre las razones de los débiles que por fin se revelan:
“Igual que José Revueltas, escribiendo desde el aula magna de la huelga estudiantil de 1968. Ambos, Reed y Revueltas sufrirán varias veces la cárcel por su elección digna. Por estas razones estoy muy agradecido. Muchas gracias por leerme y escucharme”.
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