La Comarca Lagunera está de luto. La voz de don Fidel Elizalde García se extinguió durante la noche del viernes pasado, una enfermedad prolongada y la ausencia de su esposa lo llevaron a dar un último respiro a la tierra que lo vio nacer, Sapioriz, donde será sepultado luego de que sus hermanos y hermanas cardencheras le canten el último adiós en la iglesia de su pueblo.
El artista plástico y promotor cultural Gustavo Montes, impulsor del Recinto Cardenche, se enteró de la muerte de don Fidel, a quien apreciaba. Ausencia penosa que no obstante entiende, toda vez que el Cardenchero mayor tenía tiempo padeciendo de artritis.
“La última función que salieron a Ciudad de México al Son para Milo no pudo asistir, porque no se sentía bien, las últimas veces que lo vi estaba enfermo y con suero, que esto también es cuestión de la vida, pero es una pena porque es uno de los pilares de que se difundiera el Canto Cardenche, porque su papá lo jaló y estuvo en el grupo y bueno, ahora se nos pierden las voces”, indicó.
Aunque la pérdida de don Fidel puede entenderse como un proceso natural en el desarrollo de la vida, irremediablemente convoca a la reflexión en torno al riesgo de perder una pieza fundamental en el patrimonio cultural inmaterial no sólo de la Comarca Lagunera, sino de todo México, a pesar de que el Canto Cardenche ha ampliado su campo de acción al establecer talleres para compartir los saberes, mismos que ahora en Chihuahua, Ciudad de México, Veracruz y Guadalajara se reinterpretan con la denominación de Canto Acardenchado.
“Con él hay una generación donde las cosas cambian porque ya nada más está don Lupe con esa voz de ese estilo, porque ya los jóvenes y los que se están entrenando tienen otra tesitura que tiene que ver con este no arraigo directo con el campo. Esta cuestión de ser campesino, de haber estado trabajando toda la vida en la tierra sí les daba ese sentimiento del canto. El canto ahora se irá transformando de manera natural, pasa en todas las cosas”, apuntó Montes.
A don Fidel le cantarán los nuevos cardencheros encabezados por Juan Pablo Villa, o el mismo Higinio Chavarría, que habita en el meritito corazón de Sapioriz y que impulsa la continuidad de estos saberes heredados con mucha frescura, como para que los abuelos y abuelas Cardencheros se montaran a la ola de las redes sociales y en medio de la pandemia comenzarán a dar clases de canto cardenche a través de Facebook.
“Es una pérdida dolorosa para quienes lo queremos pero también para la cuestión cultural intangible. A las cinco de la tarde es la ceremonia y más tarde iré para allá”, dijo Gustavo.
Vamos, don Fidel
Por su parte Higinio Chavarría estableció que don Fidel Elizalde ya tenía mucho tiempo enfermo, pero la nostalgia que dejó la ausencia de su esposa lo consumió rápidamente.
“Él estaba enfermito de artritis desde hace muchos años, pero se fue deteriorando y creo que su enfermedad se acentuó con la muerte de su esposa. Cuando se murió su esposa, don Fidel se decayó mucho y aunque le echaba por momentos muchas ganas su cuerpo físico ya no le ayudaba mucho, aunque le batallaron y lo llevaron con muchos médicos. Él se animaba y nosotros le dábamos muchas fuerzas, yo siempre le estuve diciendo que cantara, que no dejara de cantar y al final sentimos que, como que renegaba mucho pero creímos que era por lo mismo, la enfermedad no lo dejaba en paz. Pero le decíamos: ‘No reniegue, mejor vamos, don Fidel’ y él decía de nuevo que sí. Así nos fuimos a Chihuahua, él iba bien enfermito y ahí sí me preocupé y al final dejé de insistirle y su hermana también (Ofelia Elizalde) porque al final lo vimos muy delicado”, mencionó.
Higinio fue testigo de que a don Fidel las fuerzas lo fueron abandonado, para desplazarse tenían casi que cargarlo y él decidió abandonar los ensayos, lo mismo ocurrió con los conciertos. Así fue hospitalizado el viernes antepasado y ayer viernes 3 de junio en el tránsito de la tarde y noche dio su última exhalación.
A morir a los desiertos se fue don Fidel cantando con su melancólica voz, líder de los Cardencheros de Sapioriz, promotor cultural que portó con orgullo para su pueblo y para sí mismo la tradición de este canto, al cual le dedicó décadas enteras de su vida.
GERR