El escritor, editor, periodista y traductor Federico Campbell (1941-2014) será recordado en su natal Tijuana por su décimo aniversario luctuoso.
“Lo que me da alegría es que Federico vuelve a estar estos días en la boca de muchos para recordar que fue un hombre noble, amable, muy compartido y generoso con sus congéneres”, aseguró a MILENIO Carmen Gaitán, viuda de Campbell.
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El escritor falleció el 15 de febrero de 2014 será recordado este jueves 15 a las 17:00 horas en el Centro Cultural Tijuana con la conmemoración “10 años de ausencia” con amigos y alumnos del autor, como Vicente Alfonso, Daniel Salinas, José Salvador Ruiz, Laura Díaz y Jaime Cháidez, entre otros.
La maestra Gaitán comentó que Campbell será recordado en varias de sus facetas, como su columna con MILENIO, en la que abordó temas que lo inquietaban o despertaban su curiosidad.
“Federico era un hombre que regaba todos los días su jardín con lecturas tanto nacionales como internacionales. No había un solo día en que no estuviera alerta y preguntando qué sucedía en Tijuana, qué estaba pasando en Hermosillo. Uno podría pensar que un tijuanense está más enfocado en las fronteras y, sin embargo, Federico tenía en su corazón un crisol en el que se contenía todo el país. Era un mexicano con gran arraigo y con gran inquietud sobre el devenir del país y le importaba muchísimo la democracia”.
Gaitán, exdirectora del Museo Nacional de Arte, agregó: “Federico seguramente estaría muy atento con todo lo que ha pasado en estos 10 años, lo tendría ocupado y con una pluma activa. También estaría inmensamente feliz de ver que surgen plumas, sobre todo mujeres combativas y activas que están pronunciándose en la literatura, pero estaría lamentando que muchos compañeros de combate ya no están, como Vicente Leñero o José Emilio Pacheco”.
Rescatar su obra
Para el homenaje, la entrevistada comentó que se hablará de la trayectoria de Campbell.
“Yo siento que Federico ha crecido muchísimo más ahora, sucede que lo leemos con un cuidado y nos permite darnos cuenta de su vigencia. Federico, hace 20 años, empezó a hablar de la incidencia del narcotráfico en el Estado y hoy es una realidad. Él lo previó hace más de 20 o 25 años, cuando empezó a hablar de esta posibilidad. Federico fue de los primeros que llevó esa idea a su pensamiento y a su escritura, y lo dio a conocer en sus libros sobre la criminalidad que hablaban de todo esto y que nos erizaban el cabello en aquel momento, pensábamos que podía ser un mal sueño y no, por desgracia, es una realidad”.
Campbell no solo fue un literato, también fue un gran traductor, periodista e investigador.
“Fue un hombre que permanentemente trató de descubrir los meandros del cerebro, de la memoria, ese era el gran misterio para Federico, la memoria, uno de los grandes temas que lo obsesionaba. Era un hombre inmensamente curioso y parte de la fortuna que tuvimos es que compartía todo lo que descubría”, comentó Gaitán.
Durante muchos años, el escritor fue colaborador de MILENIO con su columna “La hora del lobo”, De hecho, la editorial El equilibrista publicó La hora del lobo. Antología de ensayos (2019).
“Con Vicente Alfonso, que es un poco el albacea literario de Federico, tuvimos la fortuna de rescatar una serie de textos en el libro Regreso a casa, y queremos que el Fondo de Cultura Económica, ahora que está Paco Ignacio Taibo II, nos apoye a difundir los más de 20 libros que tiene en la editorial”.
“Ahora están exhibiendo Padre y memoria, La era de la criminalidad y La memoria de Sciascia, que son los grandes clásicos de Federico, pero a mí me encantaría que estuviera siempre vigente Transpeninsular, y tal vez nos haría falta hacer una selección de los textos que publicó para armar de algún libro temático”.
Maestro y amigo
Juan Villoro, Rosina Conde, Margo Glantz, Élmer Mendoza y Vicente Alfonso, entre muchos otros, fueron apoyados por Federico Campbell, quien, según su viuda, siempre se preocupó por sus amigos.
“Federico el editor. No olvidaremos nunca su editorial La máquina de escribir, en la que dio a conocer a personalidades como Coral Bracho, David Huerta o Villoro, quien, cuando entró al Colegio Nacional llevaba en su bolsa El mariscal de campo (1977), el primer libro que le habían editado en la vida y había sido Federico. Él siempre llevaba los libros de sus amigos para que los publicaran, hacía más publicidad a los amigos que a él mismo”.
La maestra Carmen Gaitán dijo que donó parte de la biblioteca de Campbell a La casa del Maquío, en Sinaloa, “porque me lo solicitó Élmer Mendoza, íntimo amigo de Federico, y me pareció bien. Ahora es un centro cultural muy vivo en Culiacán y él me garantizó que esos 6 mil 500 volúmenes, que eran parte primordial del trabajo de Federico, estarán bien cuidados.
“Otra parte la tengo reservada para entregarla a Sonora, porque Hermosillo fue la segunda casa de Federico. Él estudió ahí la preparatoria y entonces estará dividida entre Sinaloa y Sonora, dos estados que Federico amó profundamente”.
Gaitán comentó que él sentía que estaba en deuda consigo mismo, que tenía que escribir una gran novela de la que, por desgracia, solo dejó algunos bocetos. El libro tenía que ver con la actuación, con actor y personaje, “ese desdoblamiento pirandelliano que puede llegar a enloquecer por creerse el otro”, concluyó.
Novelista y ensayista. Estudió Derecho, Filosofía y Letras en la UNAM y Periodismo en Macalester College, en Saint Paul, Minnesota, en 1967. Fue corresponsal en Washington de la Agencia Mexicana de Noticias; fundador de la editorial La máquina de escribir. Traductor de Harold Pinter, David Mamet y Leonardo Sciascia. Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada en 2000 por su novela 'Transpeninsular'. Premio Nacional de Literatura Letras de Sinaloa 2011. Fue Creador Emérito de Baja California 2009.
PCL