Fermín IV, una vida entre las rimas y la fe: "El arte refleja lo que eres"

Con el libro 'Sí señor', el rapero y pastor le quitó "el romance al pasado y le dio una crudeza"; esto contó sobre Control Machete en entrevista con MILENIO.

El libro 'Sí, señor' fue un ejercicio de memoria y reflexión para el rapero y pastor | Foto: Ariel Ojeda
Ciudad de México /

Escribir este libro le quitó el romance al pasado y le dio una crudeza”, dice Fermín Caballero (Monterrey, 1974), mejor conocido como Fermín IV, sobre Sí, señor, (B&H Publishin), donde, además de ahondar en su paso por Control Machete, grupo pionero del rap en México que se ensalzó durante los años 90, explica su conversión al cristianismo y lo vital que ha resultado su familia para este “renacer”.

Este ejercicio de memoria llevó al pastor de la iglesia Semilla de Mostaza a reconectar con amistades del pasado, quienes “me detallaron algunos momentos”. Pero lo más intenso del proceso fue “estar frente a la computadora y recordar cosas que quedaron inconclusas”.

Fue como ir al viejo yo. Hay una escena donde me dice un amigo… porque luego uno es muy malo juzgando su pasado, que en un cumpleaños mío llevé un Fara Fara (como se les conoce a los grupos norteños tradicionales) y pedí que tocaran Un puño de tierra como 5 o 6 veces, y momentos así no los recordaba”, relata en entrevista con MILENIO.

En Sí, señor, el autor reconoce que desde niño sintió una “vena creativa”, lo que no significó estar exento de dificultades: “Yo era muy introvertido, era muy tímido, y la música fue el medio donde encontré una voz”. 

También en la escritura encontró una forma de externar ideas y aclarar rumores que parten de prejuicios: “Me ha sucedido que de repente dicen ‘Se hizo cristiano por esto’, pero comunicarlo, al ser algo íntimo, es abrir las puertas y decir ‘Esto es lo que soy’. Me parece una manera muy práctica de que otras personas te conozcan, me siento cómodo al ser transparente”.

Foto: Ariel Ojeda
Foto: Ariel Ojeda

Sin perder el Control

Junto a Antonio Hernández Toy Selectah y Patricio Chapa Pato, Fermín formó Control Machete a mediados de los 90. Tras el lanzamiento de su álbum debut, Mucho Barato (1997), el ascenso fue meteórico: “Estábamos en todos lados, mi vida se aceleró de una manera muy rápida”.

“Entiendo que muchos colegas dicen que el hip hop les salvó la vida, pero en mí lo que hizo fue proyectar lo que había dentro, amplificar todo el ruido. No sacó lo peor de mí, pero sí lo más crudo”.

El pastor confiesa que hay varias canciones del grupo que actualmente “no me representan en absoluto”, y para ejemplificar este sentir dice que es “como cuando revisitamos una película que nos encantaba de adolescentes y dices ‘Ah caray, no me acordaba de tal escena’. Romantizamos el pasado”.

Aunque esto no significa que desvalore lo que vivió durante esos años sobre los escenarios. “El fenómeno Control Machete llegó en un momento donde se conjugaron varias cosas: el inicio de MTV, el género (rap) era algo nuevo dentro de México, la forma en que cambió el lenguaje y la comunicación”.

“Pero no tengo ni idea cómo sigue vigente. Yo salí entre el 2000 y 2001, saqué un disco solista en el 2002 (Boomerang) y ellos sacaron otro dicho en el 2003 (Uno, dos: Bandera). Si no me equivoco, Control no ha tocado en 20 años y es impresionante que sigue ahí; ahora que se mueve todo por números, Control tiene alcances en Spotify de bandas que tienen mucho éxito actualmente, eso es increíble”.

¿Y cómo es su relación actual con Pato y Toy? “Vivo en la Ciudad de México y la distancia ha hecho mella, pero tengo una buena relación con ellos. Intento verlos cuando me entero que andan por acá, trato de continuar esa relación. Vivimos cosas padres juntos, literalmente viajamos por el mundo y estuvimos en escenarios importantes, y le agradezco a Dios haberlos conocido y vivir esos momentos. Me gustaría tener más relación como antes, pero ya no es así por el simple hecho de que crecemos”.

En los últimos años, Fermín ha hermanado su fe religiosa con su gusto por las rimas, para muestra las canciones Una tumba y Quiero tu vida entera, disponibles en plataformas como YouTube y Spotify. “El rap es transmitir un mensaje, por eso con Control transmitíamos lo que veíamos en nuestra época, la manera en que vivíamos. Al día de hoy, el rap ha roto muchas barreras y ha llegado a muchas personas. Creo que el arte es un reflejo de lo que vemos, por lo tanto, refleja lo que eres”.

Foto: Ariel Ojeda
Foto: Ariel Ojeda

Entre el amor, la fe y la muerte

— Cierras Sí, señor con un capítulo dedicado a tus hijas. ¿Por qué?

— Un día le dije a mi esposa que si tengo un miedo es quedarle mal a las personas que más amo, o sea, ser un hipócrita con mi familia. Y cerrar con ese capítulo tiene que ver con eso, decirle a la gente que sigo aprendiendo, que sigo teniendo enseñanzas a través de mis hijas.

— Una muestra lo vital que es tu familia.

— Es muy importante. Vivimos en una época donde hombres y mujeres renuncian a su familia y donde a los hijos los vemos como un estorbo a tus planes personales, pero al volcarme hacia mis hijas he podido tener una comunión cercana que puede sobrevivirte, digámoslo así. Creo que en el mundo en que vivimos las personas tratan de sobrevivir siendo muy egoístas y no dejando un legado, y para mí era importante cerrar mostrando que hay un legado, hay algo más.

— Partiendo de esto, ¿cómo defines el amor?

— Hay una mala definición de amor en el mundo y hay conceptos muy erróneos en nuestra sociedad porque lo vemos como algo muy egoísta; cuando le dices a una persona ‘Te amo’, generalmente, y no quiero decir que todo el tiempo, se lo dices para obtener algo de esa persona, la estas usando para amarte a ti mismo. Y somos tan ingenuos que nos hacen creer que si no te amas a ti mismo no puedes amar a los demás, cuando en realidad lo único que has hecho en tu vida es amarte a ti mismo. Entonces, llevo 23 años casado, 26 años de conocer a mi esposa, la amo más el día de hoy que el día que la conocí o que nos casamos. Hicimos un compromiso: te voy a amar hasta que la muerte nos separe, no importa lo que suceda.

Entonces, amor involucra un sentimiento, pero también una decisión, un compromiso. Estando muy chavos y teniendo este falso concepto del amor se nos va la vida, de repente pasan 20 años y ya tienes como 5 parejas. Agradezco a Dios que conocí su amor, nací de nuevo y puedo amar de una manera distinta entendiendo que es un compromiso.

— ¿Y la muerte?

— Antes me tenía cautivo, esclavizado. Tenemos una idiosincrasia de la muerte muy extraña en México y tratamos de aprender a vivir, pero difícilmente nos enseñan a morir; pensamos que el inicio es lo más importante cuando realmente lo importante es el final. Ahora sé a dónde voy, tengo una certeza completa, una seguridad; sé que es el inicio de la eternidad, no es el final.

— La fe es otro concepto del que me gustaría conocer tu percepción.

— Para mí es un regalo. De repente nos perdemos de vista y decimos ‘Ya casi no tengo fe’, pero la fe no tiene que ver con la cantidad, sino en dónde la depositas. Mi fe está puesta en Cristo y me ha dado vida y mucha esperanza.

Foto: Ariel Ojeda

Foto: Ariel Ojeda

hc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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