El director-fundador del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), Fernando Nava López, ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua (AML) para ocupar la Silla XXIII.
Dicha silla fue ocupada en el pasado por Francisco Javier Santamaría, autor de uno de los primeros diccionarios de americanismos y mexicanismos; por Andrés Henestrosa, autor de textos en lengua zapoteca y en español, y por Leopoldo Valiñas.
"Es interesante, al menos curioso, advertir un común denominador en torno a las tres figuras que me antecedieron en la silla XXIII, las lenguas indígenas. Un caso particular es el de don Andrés Henestrosa, quien tuvo al zapoteco del Istmo como lengua materna.
"Es de muchos conocido mi interés por las lenguas indígenas, así como en otros componentes pretéritos y contemporáneos de los pueblos, de esas culturas. A varios les consta el esfuerzo que he invertido en aprender más de una de ellas, el ánimo que tengo por cultivarlas en casa, pero nunca he tenido la certeza de haber hecho algo trascendental en relación con esas lenguas", aseguró Nava López en lo que podría definirse como la introducción a su discurso de ingreso, convertido en un diálogo con los miembros en activo de la Academia.
Si bien el lingüista señaló que con su trabajo no contribuyó a destacar y a explicar a las lenguas indígenas dentro de la lengua española; tampoco nací con ninguna de ellas "para expresarme desde la sangre paterna y la leche materna, como artísticamente hizo Henestrosa, y nunca entendí, describí o enseñé alguna de ellas, como magistralmente sucedió en el caso de Valiñas", para el director de la Academia Mexicana de la Lengua, Jaime Labastida, el simple hecho de que durante su gestión en el Inali se realizara el primer mapa de las lenguas indígenas de México, "su término haría la gloria de cualquier lingüista".
"Don Fernando Nava es hombre de múltiples intereses. Su lengua materna es el español, pero sus apetitos intelectuales lo condujeron desde joven al estudio de la lengua náhuatl, primero, y de la purépecha, después; es además un músico capaz de interpretar su arte por medio de diversos instrumentos de cuerda y de aliento. Pero esos distintos apetitos lo han llevado a lo que acaso sea el más alto logro de su carrera, la fundación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, del que fue su primer director general", enfatizó Labastida Ochoa.
En una ceremonia solemne celebrada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, y ante la mayoría de los miembros de la institución, Fernando Nava López recibió de Jaime Labastida las insignias que lo convierten en miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
FM