Un día como hoy pero de 1907, Jesús García Corona, originario de Hermosillo, Sonora, falleció en un acto heroico en el que descarriló un ferrocarril lleno de dinamita a campo abierto, logrando salvar la vida de cientos de personas.
García Corona entró a trabajar a los 18 años en las minas de cobre de la región, asignado como aguador en las cuadrillas de reparación en las vías del tren. En 1901 luego de escalar de posiciones, se convirtió en maquinista de la vía que hacía el recorrido Nacozari-Pilares, en la que transportaba producto a las minas y a los trabajadores.
El 7 de noviembre tenía programado tres viajes, de los cuales el primero se realizó con éxito. Luego de que recibir instrucciones de llevar más explosivos a la mina, Jesús García dejó a cargo a los ingenieros de acomodar las diez toneladas de pólvora en los vagones. Sin embargo, estos cometieron el error de ponerlas junto al motor de combustión, provocando fuego en una de las góndolas con dinamita.
Es en ese momento cuando García decidió llevar el tren a campo abierto para evitar una tragedia mayor en el pueblo, y ya una vez en marcha aceleró y les indicó a sus compañeros que salten.
“¡Váyanse!, déjenme solo, yo estoy corriendo mi suerte, pídanle al Padre una misa por mí. Me voy a mi muerte”, fueron las últimas palabras de Jesús García Corona, de acuerdo a archivos oficiales.
Así nace 'El héroe de Nacozari', el ferrocarrilero que se sacrificó y salvó cientos de vidas descarrilando el tren que explotó en un campo lejos de la población.
En 1937 el presidente Lázaro Cárdenas decretó el 7 de noviembre como el Día del Ferrocarrilero para conmemorar a Jesús García y reconocer el esfuerzo de todo el gremio que colaboró en la construcción de vías que permitió la modernización económica de México.
El Dormido de Lerdo
Según el cronista José Jesús Vargas Garza, autor del libro 'El Primer Pueblo que Conquistó el Desierto', en 1882 cuando se comenzó la construcción de las vías que pasarían por la Comarca Lagunera rumbo a Estados Unidos, hubo un conflicto de interés político entre el gobernador porfirista provisional , Juan Manuel Flores, y su sucesor, Francisco Gómez Palacio.
Cuando Francisco Gómez llegó al poder en 1883, no permitió que la estación del ferrocarril se construyera en Lerdo, como lo había planeado Juan Manuel Flores un año antes durante su mandato.
Con su instalación, Gómez Palacio adquirió el grado de ciudad en 1905 y las empresas prefirieron instalarse junto a la estación del tren y Lerdo se quedó en el rezago, por lo que sus ciudadanos se enfadaron con Juan Manuel Flores.
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De acuerdo al escrito, en 1892 Flores fue invitado a un banquete en donde dio un discurso con firmeza y lleno de enojo dirigido a Francisco Gómez Palacio por la instalación de la estación en la ciudad vecina.
"Desgraciado ranchero de ramos, capachivos, tú eres la causa de las desgracias de este pueblo, tú eres la causa del retroceso de esta ciudad que ve con asco a toda tu familia, ¡por malvados! (...)
Beber tu licor sería para mi una mancha indeleble que llevaría toda mi vida, ¡Te odio y te odia todo mi pueblo de Lerdo! ¡Eres un malvado, eres un asesino de sociedades de hombres honrados! ¡No me bato contigo porque no soy un asesino, ni quiero degradarme! ¡No te mato porque no soy un felón! Pero tú, malvado, eres la causa para que a este pueblo se le diga mañana 'El dormido de Lerdo'!"
"El tren es el motivo por el cual la ciudad de Torreón existe"
La investigadora Silvia Patricia Castro Zavala en conferencia 'Torreón entre rieles' dijo claro que sin la llegada de las vías del tren no hubiera existido el pueblo de Torreón.
En 1888 se inauguró la nueva línea que pasaría por La Laguna y que serviría para acercar a la capital mexicana con el este de Estados Unidos. Pronto serían construidos ramales hacia San Pedro, Viesca; de Torreón a Saltillo, entre parras y Paila, así como entre Tlahualilo y Matamoros.
Entre las consecuencias o beneficios que trajo el ferrocarril a esta región lagunera está la formación de nuevas poblaciones, se desarrolló la industria, la minería, la agricultura y la ganadería, con lo que comunicarían a la región con la frontera y el resto del país.
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Además, con el tren se propició la creación de vías para el tranvía y llegarían migrantes nacionales y extranjeros, con ello vinieron también, además de obreros, ingenieros, geólogos, maquinistas, administradores, médicos y telegrafistas.
“En 1888 empieza a vender lotes, en 1890 ya había algunas fábricas.La región tuvo mucho éxito por la llegada de mucha gente, no sólo nacional sino también del extranjero. Muchos de los que vinieron llegaron a invertir en sus propios negocios.En poco más de diez años de población había ya gran cantidad de fábricas”.
Finalmente, tras el paso de la Revolución Mexicana hubo caminos destruidos pero se mantuvieron las líneas importantes que actualmente unen al centro del país con los Estados Unidos por medio del paso obligado por la Comarca Lagunera.
Sgg.