Como lo dice su autora, Aura García-Junco, “Mar de piedra” (Seix Barral) es una novela de ficción especulativa, fragmentaria, ideal para quienes les gusta el género de ciencia ficción, que tiene un ritmo muy veloz, que va cambiando de personajes casi cada dos páginas, y es además una invitación “si les gusta atender los problemas que nos aquejan desde un lugar muy distinto”, comenta.
Y en entrevista da detalles de esta obra que se ubica en la Ciudad de México, en el año 2025, una ciudad distópica y en una realidad alterna. Aura García-Junco va a presentar esta novela en el marco de la FIL Monterrey el domingo 16 de octubre a las 13:00 en la Sala D.
¿Cómo nace “Mar de piedra”?
Nace porque tenía claro que quería hablar de la violencia íntima, de la violencia que todas y todos ejercemos, y que es esa violencia emocional que no ejercemos a propósito muchas veces, sino que más bien parte de nuestras propias heridas, y partir de esa idea se fue desenvolviendo una serie de historias entrecruzadas.
En este libro hay tres personajes principales que cada uno tiene una gran herida que es la que los lleva a lugares y a encuentros, y en el camino se me cruzó la triste realidad nacional, que es que en 2016 estaba empezando a visibilizar más la crisis de feminicidios que se expandía en el país, a la vez que llevábamos varios años ya conviviendo con la enorme crisis humanitaria de desapariciones.
Estas dos cosas acabaron por colarse también en el libro. Pero originalmente yo quería partir de la idea de la violencia íntima y luego me di cuenta que es violencia íntima estaba totalmente entrecruzada con la gran herida de la violencia estructural y visceral que cruza este país.
¿Por qué en un futuro no muy lejano?
Sí sucede en el futuro, a una cantidad muy breve de años, pero más bien los sucesos que ocurren en el libro empiezan mucho antes de lo que se narra; es decir, es una realidad alterna, no es tanto como que esté proyectando que en 2025 Madero, la Ciudad de México y otras ciudades del mundo estarán llenas de estatuas, sino más bien es una de las cosas que suceden desde antes en la novela y yo la situé un par de años en el futuro.
Creo que aunque es una realidad alterna, el hecho de tener esta pequeña diferencia temporal sí nos pone en un lugar diferente como lectores y lectoras, nos hace pensar un poco hacia el propio futuro de nuestra realidad.
¿Cómo trazaste a tus personajes en esa ciudad distópica?
Como no es un futuro, sino que es una realidad alterna, me permite hacer muchas cosas. No tienen que ser esto como qué pasaría si en este año ocurriera esto… porque es una novela cuya trama inicia desde los años 90; en la novela se narra que en los años 90 ocurre un gran terremoto que precede a la aparición de las estatuas y que a partir de esa aparición de las estatuas que empiezan a poblar varios lugares del mundo.
Especialmente la avenida Madero, en la Ciudad de México, es cuando se empiezan a desatar estos sucesos; los sucesos que se narran en la novela, que es la aparición de una religión que lo explica todo, la desaparición de Eloísa, que unos años después es el personaje en torno al que gira la búsqueda de Sofía, que es el personaje principal.
Sofía, 10 años antes del inicio de esta trama, pierde a Eloísa, no es que se vaya, sino que desaparece; Sofía tenía una relación amistosas y amorosa con ella, intenta hacer como que nada pasó, pero se da cuenta que no puede esconder bajo la cama la desaparición de Eloísa y que es algo que no ha podido superar.
Como te decía no tienen que ver con un futuro planteable, sino más bien en una realidad alterna que esa sí te permite crear toda una serie de reglas, porque cuando inicia la novela ya cicatrizaron muchas de estas heridas.