Adonis es alegre, sonríe cada vez que se habla de poesía pero se pone serio cuando se trata de religión: no cree en Dios. Ensayista, traductor, editor, pero sobre todo poeta, Ali Ahmed Said Esber está en México para presentarse este fin de semana en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
El poeta nacido en Al Qassabin, pequeño poblado al norte de Siria, adelanta a MILENIO que durante la conferencia magistral de este sábado hablará, con “detenimiento y profundidad”, de jóvenes poetas árabes como Saniya Saleh, Zulekha Abu Risha y Rayaá Alem, entre muchas otras, de quienes incluso ya prepara una antología.
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En esta feria literaria, la más importante de Latinoamérica, destaca su obra más reciente, Adoniana (Vaso Roto, 2022), la cual resume como una unión entre pensamiento y poesía. Un ejemplo de esta fusión, dice el autor de Zócalo (Vaso Roto, 2014), es Octavio Paz, a quien tradujo al árabe por primera vez allá por la década de 1960 en la revista mensual que fundó y que decidió llamar Poesía.
Para Adonis, quien se vio obligado a irse de Siria y Líbano, y desde hace 37 años reside en París, el exilio es de tierra y de lengua. La primera dice no extrañarla pero la segunda sí le pesa, aunque la pena es más llevadera cuando habla en árabe con su sobrino Jaafar Al Aluni, quien para esta entrevista apoyó, paciente y amable, con la traducción.
—¿Qué representan para usted eventos literarios como la FIL de Guadalajara?
En términos comunicativos, es un evento muy importante porque une las diversas manifestaciones expresivas en un mismo lugar y también une a los creadores, escritores, novelistas, y esto debe provocarnos para otra cuestión: de todos estos libros que están aquí, cuántos trasladan al lector a un nuevo mundo o cuánto influyen en el lector para que pueda crear un nuevo mundo o transformar este mundo en el que vivimos en uno nuevo.
—El título de su más reciente obra, Adoniana, remite a la Ilíada. ¿Qué buscó con esta referencia?
Siempre hay grandes obras que dejan influencia y dejan huella en cada persona y la Ilíada de Homero me habita del mismo modo que me habitan las grandes obras de Gilgamesh, de Homero, de Virgilio. Para celebrar ese mundo antiguo, del nombre de Adonis quería crear la palabra “Adoniana” para pertenecer a ese mundo de creadores porque todos los poetas, todos los creadores, viven, desde el origen del mundo, en el mismo bosque, en el mismo jardín, más allá del tiempo, más allá del lugar y el espacio. El tiempo de Homero se ha acabado, pero Homero, el poeta y su poesía van más allá del tiempo y siguen viviendo entre nosotros. Así que el tiempo es parte de la poesía y no al revés.
—Se dice que es una “autobiografía poética e intelectual”.
No es biografía en el sentido estricto de la palabra. Soy de los poetas que habla de los problemas personales, de los problemas íntimos, a través de los problemas universales, de los problemas de la gente, del yo poeta al nosotros. En segundo lugar, la poesía, para mí, siempre forma parte esencial del pensamiento. Cada poeta importante era un pensador y es un pensador, y los ejemplos son muchos en el mundo antiguo. Octavio Paz pertenecía a este grupo de poetas pensadores. Octavio era muy buen amigo mío, y su poesía es un ejemplo de esa fusión y de esa unión entre pensamiento y poesía. Entonces es poesía y pensamiento, pensamiento y poesía, y eso es Adoniana.
—Ha dicho que, como todos los poetas, sigue siendo un niño, porque si dejara de serlo moriría. A sus 92 años, ¿en qué trabaja ahora?
La poesía, en este sentido, es como el amor. Es un comienzo y, entendido el comienzo como un inicio, es una infancia. En la poesía nos renovamos a nosotros mismos, al igual que el amor, y el Tiempo, con mayúscula, no puede acabar con la poesía; al contrario, es ese espacio por el que se mueve la poesía libremente y ahora estamos preparando una antología de casi 30 poetisas árabes, mujeres que son de la calidad de Saniya Saleh, Zulekha Abu Risha, y Rayaá Alem, escritoras que están dando a la poesía árabe una nueva dimensión.
—¿Eso es lo que ahora lee Adonis?
Estoy siguiendo a los jóvenes y sobre todo a las poetas árabes, porque me parece que están produciendo una poética importante en el mundo árabe, que puede ser la base de una nueva era poética, y precisamente en la conferencia que voy a dar hablaré sobre ese tema con detenimiento y profundidad. Me interesan las jóvenes y las mujeres que escriben poesía en el mundo árabe. Antes leía de forma vertical, tomaba a un poeta o escritor y leía su obra entera, pero hoy, con el paso del tiempo, depende, si me gusta o no.
—Esto me lleva a preguntar: ¿qué opina de lo que pasa ahora con el movimiento de las mujeres en Irán?
Todos debemos apoyar a la mujer en su lucha por la libertad, en Irán y fuera de Irán. La debemos apoyar y estar con ella en todo el mundo, y eso es lo más básico que el mundo debe hacer: liberar a la mujer de las cadenas del hombre y de la religión, no solo en Irán, sino en todo el Islam y en todo el mundo, porque una sociedad en la que la mujer no es libre se convierte en una sociedad en la que el propio hombre no es libre. El hombre que se adueña de la mujer, que esclaviza a la mujer, es un esclavo, pero hay que hacer una distinción muy importante: estoy en contra del régimen iraní en este sentido, estoy a favor de los derechos de la mujer, de que sea libre y de que decida su vida, pero esto no quiere decir que no debemos estar con el pueblo iraní en su lucha contra el imperialismo.
ÁSS