La inteligencia artificial (IA) nunca va a equipararse con el ser humano porque no puede dimensionar lo que significa la muerte. Un planteamiento con el que el físico y escritor Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) puso a reflexionar a los asistentes del panel Algoritmos, ¿demonios modernos?, dentro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024.
Ante un Salón 2 repleto, Fernández Mallo, con la investigadora mexicana Julia Tagüeña como moderadora, habló de su más reciente novela, Madre de corazón atómico (Seix Barral, 2024), y abordó temáticas como los algoritmos, las masas y la inteligencia artificial.
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“El único riesgo que hay con la inteligencia artificial viene del campo del derecho: si una inteligencia artificial llega a compararse como un ser humano, en ese instante será sujeto de derecho. Por lo tanto, si una inteligencia artificial va a obrar en mi contra, voy, la desenchufo y no habrá pasado nada. Pero si es sujeto del derecho, la desenchufo y estoy cometiendo un asesinato”, explicó. Reforzó su punto recordando que hace décadas no se hablaba de los derechos de los animales como ahora, donde si lástimas a un perro puedes ir a la cárcel.
Negó que la IA pueda batir a la humanidad porque no concibe la idea de muerte. “El ser humano, por muchos datos y mucha energía de la comida, algún día morirá, lo sabe y por eso tiene conciencia histórica. Una inteligencia artificial solo puede simular que tiene miedo a la muerte si le metemos los datos”.
“Qué es la religión sino un ente construido de leyes, de alegorías, que el ser humano crea para verter en ese ente lo que no puede hacer y que ese ente le devuelva algo”, añadió al comparar la IA con las doctrinas religiosas.
De los algoritmos, el escritor dijo que en principio son métodos para resolver algo, aunque ahora “hacen cosas que no podemos ni creer”, sobre todo porque el proceso nos es invisible e intangible: “No lo he visto, no lo he tocado”.
Al abordar la masa, resaltó el concepto de “multitud singular”, usual en el panorama político: “Cuando estamos unidos somos un solo ente, la multitud no tiene forma, y con ese número, elaboran estadísticas. El poder lo que hace es eso”.
Fernández Mallo saltó al tema de la identidad con otra afirmación que sorprendió a sus escuchas: “Una de las partes del libro (Madre de corazón atómico) es la idea de que la identidad no existe. En realidad, la identidad individual, o sea, yo creo que soy yo, pero en realidad yo no soy lo que creo que soy, es lo que el mundo cree que soy. Mi identidad siempre es un pacto entre yo y ustedes. Nunca puedes contar con una identidad autoconstruida, porque nada se autoconstruye”.
Puso como ejemplo el perfil de Facebook de cualquier persona, que es “un yo que ha creado la red social a través de datos que he ido poniendo”.
HC