El conductor del taxi que me llevó a la FIL esta mañana me preguntó si a la Feria van muchas personas de aquellas “a las que les gustan esas cosas”. Se refería a la lectura, por supuesto: a su idea de la lectura, que sonaba a una actividad tan remota y tan ajena a sus intereses cotidianos que escucharlo resultó desolador, como suele suceder.
Me hubiera gustado poder decirle que sí, en efecto, no todo el mundo tiene que leer —lo afirman con razón, incluso, muchos promotores de la lectura—, pero tampoco tiene que leer lo mismo. Al menos lo puedo decir aquí: en general salimos de las escuelas con una noción sesgada y estrecha de la lectura, que rara vez pasa de los libros obligatorios, sean de texto, de información para uso inmediato —como el directorio telefónico o el manual de la licuadora— o de “literatura clásica” (sea lo que sea eso). Y precisamente un lugar como la FIL demuestra que la lectura puede ser mucho más, y que hay numerosas opciones adicionales a aquellas que aprendemos a reconocer.
- Te recomendamos Alberto Chimal recomienda escritores emergentes FIL
Una a la que no siempre se presta la atención que merece es la divulgación de la ciencia. Es una materia con un objetivo dificilísimo: debe comunicar asuntos muchas veces complicados de forma amena, para poder interesar a su público y seducirlo con todo aquello que no sabía (de hecho, que no sabía que no sabía). Y aunque los científicos podrían parecer los encargados ideales para semejante tarea, o los únicos posibles, la verdad es que muy pocos de ellos logran aprender a escribir. Es una actividad remota, ajena, para muchos de ellos, y se nota en los libros que publican.
Los grandes libros de divulgación son los que consiguen superar ese obstáculo y mantener en equilibrio el saber especializado y el lenguaje de todos. Así lo hace, por ejemplo, El azaroso arte del engaño. Historias del mundo de la casualidad y la estadística (Taurus) del mexicano Gerardo Herrera Corral, doctor en Física, profesor e investigador en instituciones internacionales como la CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear). A lo largo de varios capítulos con historias reales tomadas de diversos periodos históricos, Herrera Corral examina, desde la estadística, diferentes formas del error, el accidente, la imprecisión que se atraviesa en todas las actividades humanas, y que en muchos casos no percibimos debido a prejuicios, ignorancia o mala fe. Es una lectura reveladora en un tiempo de inestabilidad y fanatismos.
Para buscar en la FIL
Muchos otros libros de divulgación se pueden encontrar en diversos lugares de la Feria. Por ejemplo, están La invención de la naturaleza, de Andrea Wulf (Taurus), acerca de la vida y los descubrimientos del naturalista Alexander von Humboldt; Las mujeres son seres humanos, de Laura Lecuona (Secretaría de Cultura), una presentación clara y profunda a la vez de los conceptos clave del feminismo; Mitos nórdicos, de Neil Gaiman (Destino), una historia “vuelta a contar” de los dioses vikingos, que Gaiman ha usado más de una vez en sus novelas y cómics. Si los encuentran, me avisan.
ASS