Alberto Chimal presentó en la FIL Guadalajara su nuevo libro, Manos de lumbre, una compilación de historias que resultó de observar la tendencia autodestructiva que vive actualmente el mundo.
En entrevista para MILENIO, Chimal contó qué lo llevó a escribir esos relatos. Sus personajes —dijo— ya sea por vanidad, arrogancia o deseo de poder, cometen errores con los que se dañan a sí mismos y se sitúan en un ambiente impregnado de una locura que empieza a caracterizar a las sociedades occidentales.
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Cada cuento incluido en Manos de lumbre lleva al lector a una reflexión más profunda sobre las acciones que los personajes realizan. El escritor mexicano busca que sus lectores “den ese paso adicional” para entender lo que el personaje no es capaz.
Todas las historias, cuenta, surgieron de la necesidad de hablar sobre la difícil realidad que enfrentamos como especie: un fuerte aislamiento y una percepción de nosotros mismos y del otro como clientes y proveedores, adversarios o dadores de likes, que ha sido consecuencia de una individualización derivada del avance tecnológico.
“Nada de eso está mal, pero nada de eso puede ser lo único que tenemos. Por el contrario, nos hace falta redescubrir el hecho de que no podemos sobrevivir solos, de que las muchas actividades que ahora llevamos a cabo en línea no son actividades que no tienen fricción o dejan huella”.
Algunos cuentos en el libro fueron inspirados por situaciones más cercanas a él, como el de "Una historia de éxito".
"Es el de una mamá que maltrata horriblemente a su hija. Yo no lo vi, pero me contaron la historia de cerca. Entonces, el impulso de hacer el cuento vino de eso, de que me sonaba como algo que era casi en mi propio entorno cotidiano y yo me preguntaba '¿a quién se le ocurre actuar así?'. El cuento es como tratar de contestarme esa pregunta”.
Chimal describe el último cuento, “Voy a ser cielo”, como un homenaje para su tío, “que es una persona para quien la música importaba mucho y que tenía muy bien puestos ciertos ideales, que también fueron los de muchas personas en el siglo pasado, de justicia, libertad, como de aquel tiempo y que la pasó muy mal en décadas posteriores porque el mundo se fue para otro lado”.
"Marina" trata de un joven que quiere cometer abuso sexual a su prima, a quien intenta hipnotizar para conseguirlo. En un contexto como el actual, en el que los feminicidios son tema de todos los días y la seguridad en el país se percibe como inexistente, Chimal dijo:
“Lo que yo podía hacer era tratar de crear una situación en la cual el personaje se empezara a dar cuenta del significado de lo que estaba haciendo y no acabara de llegar a las últimas conclusiones al respecto, por no querer, por no ser capaz de admitir lo que está realmente intentando, que es, por desgracia, una actitud de muchas personas que cometen abuso. Yo tenía la esperanza de que hubiera la posibilidad de quien leyera la historia sí diera ese paso adicional para darse cuenta de lo que el personaje no quiere admitir y entonces reconociera el abuso”.
Los cuentos son un ejemplo de una sociedad que se encuentra en conflicto, dominada por la violencia y plagada de actitudes dañinas que corresponden al contexto mexicano.
Al respecto, Chimal comenta que, para cambiar esta situación, debemos darnos cuenta de que vivimos en un mundo más complejo de lo que percibimos. Reconoce que es un mundo desigual y violento, pero que podemos hacer la diferencia cuando nos juntamos en comunidad y fortalecemos los lazos que nos unen.
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