Alberto Montt: entre risas, bromas y sugerencias de autoayuda

Entre cómo concibe su oficio de ilustrador, anécdotas de vida y sobre su éxito, durante la FIL Guadalajara Montt contó cómo ha consolidado su forma de trabajo.

Alberto Montt participó en la FIL Guadalajara | Foto: Fernando Carranza
Enrique Vázquez
Guadalajara /

¿Cuánto mides? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Crees que hay moral? ¿Cómo haces para no tener miedo de decir lo que piensas? ¿Cómo fue que te transformaste de un estudiante de diseño a un caricaturista? Son algunas de las preguntas que el ilustrador y creador de contenidos que ha trabajado para El Mercurio y marcas internacionales, autor del blog Dosis Diarias y facebookero asiduo, tuvo que contestar al final de su charla en Mil jóvenes en la FIL, la primera en una Feria que recién ha vuelto a ser presencial y que resultó llena de humor, de risas y de ocurrencias del expositor y los asistentes.

En el encuentro, Montt habló sin parar de la forma en que concibe su oficio de ilustrador y develó algunos detalles de cómo ha consolidado su forma de trabajo, cómo llegó a la construcción de muchos de los personajes de sus viñetas. Incluso hubo confesiones catárticas, como sus ideas acerca de los derechos de autor en Internet: “Estamos en un mundo globalizado en el que cualquier persona que cuenta con Internet siente que es gratis. Es algo que estoy tratando de crear y es una de las pocas cosas que encuentro en los memes.

"A mí me gusta mucho que existan los memes, los disfruto y me da mucha pena que no haya autoría detrás de ellos, porque hay muchas páginas que recopilan memes. La gente se suscribe a esas páginas y esas páginas cobran mucho dinero usando el trabajo de otras personas. Esas páginas tienen un millón de seguidores, las siguen mucho y todos nos suscribimos y, al final, el tipo que hizo todos los memes no recibió un peso. Piénsenlo, platíquenlo con su psicólogo o al párroco de su iglesia", dijo, y al momento las risas poblaron el Auditorio Juan Rulfo.

Ante la pregunta de ¿Cómo hace para escoger, de entre todas las ideas, aquella que puede resultar en una viñeta satisfactoria?, el ilustrador dijo:

 “Creo que todos tenemos muchas ideas y no todas son buenas, de hecho la mayoría de mis viñetas son muy malas, pero es cierto que cuando estás trabajando en el proceso de ir soltando estas ideas, ya sea con el trabajo algo creativo o por simple ejercicio, ir abriendo el espacio del cráneo para que entren otras cosas, es muy importante perderle el miedo a la imperfección, al caos, a que no todo es brillante siempre y a que no todo funciona. Creo que aquello que no recibe likes es muy importante, por decirlo de alguna manera”.

Por otro lado, puntualizó que “el mundo ha cambiado, el humor no. Por lo tanto, hay temas que nos vemos obligados a tratar con mucha más responsabilidad. Es tan así que en Estados Unidos las editoriales tienen unos personajes, los sensitives readers, personas que reciben los manuscritos y revisan que nada pueda herir la susceptibilidad de nadie. Para mí es importante ser honesto con lo que pienso y siento, incluso si estoy equivocado”.

Entre las anécdotas que contó, desde los periodos que vivió con uno de sus tíos zen, la época en que convivió con una monja y cómo tuvo que migrar a Chile para poder convertirse en ilustrador al no poder realizar este oficio en su natal Ecuador, comentó que una de las cosas más inesperadas fue encontrar su más reciente libro, Ansiedad, en la sección de libros de autoayuda.

“Fue fatal, aunque creo que no encontraban dónde ponerlo. Les recomiendo a un autor de autoayuda muy famoso llamado Alberto Montt, ayúdense comprando el libro y ayúdenme a conseguir mis metas, que es comprarme un Audi”, dijo entre risas.

FS

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