Annemarie Meier, crítica de cine y columnista de MILENIO Jalisco, presentó este 3 de diciembre, en el stand de la Universidad Iberoamericana e ITESO, la segunda edición del libro El cortometraje: el arte de narrar, emocionar y significar, en el que, a través de poco más de 200 páginas, la autora realiza un análisis lo que ella define como uno de los discursos audiovisuales que menos se ha estudiado.
“Todo comenzó con que el cortometraje es como el patito feo de todos los estudios de cine a nivel mundial. Casi no ha sido estudiado, entonces mi primer libro fue una defensa del cortometraje como puro, cine autónomo y muy diferente al largometraje, que es el filme para la sala y tiene ciertas convenciones”, dijo Meier.
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Agregó: “El cortometraje es más irreverente, independiente, quizás más atractivo para mucha gente y no tan atractivo para otros porque no teníamos donde verlo. Ahora que tenemos las redes sociales, el valor del cortometraje ha subido el valor cultural y artístico que se veía en los museos y ahora lo vemos en la red”.
La autora compartió que la primera edición tuvo un gran éxito: “Entre los estudiosos del cine hubo mucha sorpresa cuando leyeron la primera edición. Me dijeron que descubrieron el cortometraje conmigo. La primera edición que hizo la Universidad Autónoma de México (UAM) Xochimilco se vendió en tres meses. Después me di cuenta que comenzó a circular en planteles escolares de diversas ciudades del país. Un ejemplar de fotocopias de dicha edición".
"El libro resulta muy didáctico porque analizo el contenido del cortometraje, se habla de recursos técnicos y estéticos como el plano secuencia. En la introducción hablo de la historia del cortometraje, de su carácter interdisciplinario y sus posibilidades como obra de arte y como pieza de comunicación. Una película de tres minutos, contada de la manera adecuada, me puede expresar toda una filosofía y una opinión de un autor, en muchas ocasiones mejor que un largometraje”.
La autora añadió: “En México todavía está la idea de que el cortometraje es una especie de aprendizaje de los estudiantes, los realizadores mismos se los ponen a los alumnos con ciertos parámetros, contar una historia en tres partes aristotélicas y hacen muy mal. Eso ha provocado en México que haya poca experimentación. En el corto danés-brasileño encuentro una maravilla de experimentos, híbridos de todo tipo que en México no encuentro aún”.
“Hoy puede apreciarse más el cortometraje a través del teléfono celular. Ahora hay más posibilidades de difusión, hay nuevas tendencias que se fortalecieron durante el periodo de pandemia de covid. Hoy encontramos cada vez más, cortometrajes que son confesiones de autores sobre su vida y experiencias y se me hace interesante esa manera subjetiva de trabajar el cortometraje. Hay cortometrajes híbridos, que mezclan ficción y documental, o animación y live action".
"No concuerdo con quienes dicen que el cortometraje es como el cuento en la literatura y yo digo que no se pueden comparar que el cine y la literatura son dos maneras de pensar, contar y significar y decir cosas totalmente diferente, no hay que pensar que cortando una película larga diga más que una película corta”, dijo Meier.
hc