Una exposición impulsada por el arqueólogo Guillermo Bonfil fue la que acercó al escritor y filósofo Armando Bartra a las historietas mexicanas, que durante la edición 2022 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara están bien representadas gracias a la Colección Popular Novela Gráfica del Fondo de Cultura Económica (FCE).
En la presentación de esta serie —conformada por El lento andar de la araña, de Pepeto; Pinturas de guerra, de Ángel de la Calle; Huracán. El guardián del mercurio, de Ricard Castells; Junius Maltby y las praderas del cielo, de Ricardo Peláez; y Los años de Allende, de Carlos Reyes y Rodrigo Elgueta—, Bartra estuvo acompañado por los artistas Peláez y Pepeto. Paco Ignacio Taibo II, director del FCE, estaba anunciado en el panel, pero no llegó a la cita.
El autor de Los nuevos herederos de Zapata recordó que gracias a una muestra sobre el cómic mexicano organizada por Bonfil fue que se acercó a los “cuentos, como les llamábamos en ese momento”.
“Yo había sido lector de historietas de otros orígenes y a esas alturas empecé a buscar la historieta adulta, la historieta no infantil, y por primera vez entramos en la prehistoria de la historieta actual mexicana, lo que había sido la época heroica, no la época de oro”, agregó.
Tras este acercamiento se dio cuenta de “algo que es digno de ser reconocido: los mexicanos aprendimos a leer con historietas”.
Barta explicó que con la Revolución empezó un proceso de alfabetización que resultó “intenso”, al grado que para mediados de los años 50 “la mitad de la población sabía leer y escribir, sobre todo los jóvenes”. ¿Pero qué leían? ¿Qué se escribía para ellos? “Historietas”, respondió el escritor español naturalizado mexicano.
“Era lo que la gente leía porque a la gente le gustaba que le contaran historias, la pasión; podemos decir que eso convivía con las radionovelas, que fueron muy importantes también”, resaltó.
De los autores mexicanos con los que descubrió los tebeos, dijo que le resultaron “extraordinariamente creativos tanto en el contenido como en la forma”, por ejemplo: Gabriel Vargas, creador de La familia Burrón.
“La generación que estaba haciendo historietas las estaba haciendo con muchas ganas, con mucha fe. (…). Creo que el proyecto de alguien como Paco Ignacio Taibo en el Fondo de Cultura está abriendo otra vez esa puerta”, destacó.
El también docente afirmó que “leyendo historietas se puede despertar un espíritu crítico”, pues “el lector de la historieta mexicana nunca ha sido un lector lineal, puede descubrir mensajes propositivos”.
En su última intervención durante la presentación de la Colección, Bartra aseguró que “hacer política en este momento es publicar libros, publicar libros baratos, publicar historietas. En tiempos de tuits y de memes, contar historias largas vale la pena”.
Pepeto, artista detrás de El lento andar de la araña, dijo que la colección del FCE brinda “un panorama muy esperanzador en torno a la novela gráfica de las propuestas mexicanas. Aquí lo que más importa no es la persona que hace las obras, sino que la obra hable en sí”.
Por su parte, Ricardo Peláez, quien moderó el panel, exaltó “la variedad de temas que hay en esta colección”, y agradeció el apoyo constante de Taibo II, quien fue “uno de los primeros que me dieron trabajo”.
jk