Sin baile, no hay fiesta, por eso desde su primera canción, Balkumbia planteó una propuesta cadenciosa para los escuchas: incorporarse de las sillas y vivir la música con el cuerpo desenvuelto.
En el Foro FIL, espacio exterior de la Expo Guadalajara donde durante la Feria Internacional del Libro los sonidos son protagonistas, cientos de lectores se convirtieron en bailarines ante el panorama de cumbia y balkan que generaron los ocho integrantes de la agrupación.
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Ugné Daniele Rikalait, vocalista de Balkumbia, brilló por su blusa plateada y por su incesante energía en el escenario: además de su reinado en el micrófono -en varios idiomas, como griego, árabe y español- también se unió al jolgorio de los instrumentos con unas maracas que agitó como si de ello dependiera su vida.
El ensamble, conformado por músicos nacidos en diversas partes del mundo que tienen en Barcelona su base de operaciones, mostró esa recopilación de música festiva -desde cumbia hasta rebetiko, pasando por sonidos de Medio Oriente- que le ha dado reconocimiento a escala mundial.
El set musical de Balkumbia en el Foro FIL tuvo como base su más reciente disco, Mala suerte (2022), e incorporó otros temas de producciones pasadas, como esa canción griega que cuenta la historia “de un hombre que viene después de un largo fin de semana y la mujer lo está echando de casa, y tenemos que apoyarla cuando ella dice ‘Vete’”, señaló Ugné.
Un momento destacado de la velada fue cuando el grupo tocó un himno dionisiaco en el que todos los espectadores se sumaron al coro: “Empezó la fiesta y todo al carajo”.
Antes de abandonar el escenario, Balkumbia engrandeció su fiesta con una canción en la que “tratamos de mezclar con música tradicional tapatía, es un estreno mundial”. Luego, el grupo hizo sonar La verdolaga, y siguió el movimiento y el fluir de la cerveza. Una noche que dejó un recuerdo imborrable en los cuerpos.