En 2020, Ana María Bermúdez buscaba libros sobre discapacidad en internet. Dice que era hora de voltear a ver a ese sector de la población mexicana. Sin embargo, solo encontró textos viejos y, peor, de México prácticamente no había. “Esas personas eran invisibles”, dice.
Ella es editora y quería contar sus historias, al ver este vacío, buscó a la periodista Bárbara Anderson, que había publicado Los dos hemisferios de Lucca (su hijo con parálisis cerebral) apenas en 2019. A su vez, Bárbara le dijo que buscaran al reconocido fotógrafo Enrique Covarrubias para hacer los retratos de las historias que querían contar.
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Ambas rememoraron estos momentos en la presentación de Invisibles (Aguilar, 2022) en la FIL de Guadalajara. Con ellas estuvieron Covarrubias (México, 1963) y otro Enrique, Hernández Alcázar, periodista y conductor de radio, quien fue el encargado de la presentación, pues por la historia de su madre, que padecía una discapacidad, empatizó con Bárbara un día que la entrevistó para Así el hueso, su programa de radio.
Así fue como este cuarteto se ha encargado de presentar Invisibles desde hace unas semanas, y ayer lo hicieron en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La mirada apreciativa
Hernández Alcázar relató la historia de su madre, quien debido a un error médico quedó parapléjica sin embargo él cuenta que con su ejemplo ella discapacitó a sus dos hijos para decir “no puedo”. Bárbara Anderson destacó que la actitud de esa familia es lo que ella llama la mirada apreciativa, reconocer el potencial del otro y tratarlo como puede llegar a ser.
El periodista dijo: “Ahora que estamos viendo quién tiene la marcha más grande, ¿por qué no nos medimos en amor para ser mejor ciudadanos? Y superamos las etiquetas que nos damos unos a otros”. Y el periodista se refirió a todo tipo de etiquetación, desde decirle a alguien “¿por qué tienes el cabello chino?” hasta “¿por qué usas silla de ruedas?”.
Bárbara se refirió a los 24 mexicanos y mexicanas que le contaron sus historias y cómo encarnan el mito de Pigmalión, pues hubo personas a su alrededor que reconocieron su potencial, lo alentaron: “Es tan simple como que los demás vean a alguien capaz de hacer algo para que pueda hacerlo”.
Ella contó que una maestra de escuela pública solo le preguntó a la madre de una de las protagonistas del libro qué necesitaba su hija en el salón de clases. La madre respondió que luz y silencio, y así sin más, después del rechazo en escuelas privadas que se ostentan como de educación especial, esa niña pudo ir a la escuela.
“Los 24 pasaron desapercibidos, no los vimos, aun con su corporalidad, sufrieron bullying. Lucca fue invisible para las escuelas que no lo aceptaron o para los arquitectos que diseñaron grandes edificios pero nada para las personas con discapacidad… Se trata de que Invisibles despierte la mirada apreciativa”.
Enseguida leyó el texto del fotógrafo Enrique Covarrubias, de quien destacó la visión que tuvo para retratar a los entrevistados, no con poses de revista sino revelando el lado humano, el ser ellos mismos porque habló mucho con ellos.
Covarrubias padece discapacidad debido a un accidente y para esta presentación escribió que con un amigo, una vez, hablaba de Darwin y su teoría de la evolución de las especies, pero él sostiene algo: “El que sobrevive no es el más fuerte sino el que se adapta”, como él y tantas personas más.
El fotógrafo resaltó la trascendencia de este libro y las fotos que contiene se encuentra en que “no muere y en el futuro lo leerán hasta quienes no han nacido aún”.
Cuando volvió a tomar la palabra, Bárbara habló también de un futuro en el que, en 100 años, la gente se pregunte si era posible que en el pasado la gente discriminaba y trataba diferente a las personas con discapacidad.
Ella dice que hay que sacar la discapacidad del clóset, como ha sucedido con otros colectivos, y tanto ella como Hernández Alcázar dijeron que no hace falta hacer grandes cambios, se trata de tener sensibilidad, de creer en el otro, saber que es capaz de hacer lo que se proponga y hacérselo sentir, así como los protagonistas de Invisibles: mexicanas y mexicanos exitosos a los que les costó tres veces más, dijo Bárbara, llegar a donde están.
Y sí, en ese libro hay medallistas olímpicos, empresarios, filántropos, ejecutivos, políticos, servidores públicos, artistas, activistas, conferencistas, académicos, abogados, médicos, standuperos, es decir, personas que cumplieron sus sueños.
PCL