La escritora sueca Camilla Läckberg no deja de comentarlo con cierta vergüenza: cuando vino por vez primera a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, le comentaron que no hacía mucho tiempo habían abandonado unos cuerpos cerca de la Expo Guadalajara, sede del encuentro editorial y literario, y en lugar de sorprenderse…
“La respuesta adecuada debió haber sido ‘¡oh, Dios mío!’, pero dije ‘dime más, dime más’. Creo que soy una gran nerd del crimen”, compartió una de las autoras más reconocidas del llamado “noir nórdico”, en una conversación que sostuvo con Daniel Barrón, en el contexto de la Fil Guadalajara.
- Te recomendamos Sara Sefchovich: demasiada intensidad FIL
Desde la aparición de La princesa de hielo, en 2003, Camilla Läckberg se convirtió en un referente de la novela negra en Europa: de su bibliografía se han vendido más de 26 millones de ejemplares, en los más de 60 países, con títulos como Las hijas del frío, Crimen en directo, La bruja o Una jaula de oro.
“Primero creo al personaje y luego la naturaleza del crimen viene de manera natural, pero también tengo una enorme base de datos de donde escoger. Soy una enorme nerd del crimen: desde que era una niña he leído mucho sobre casos de homicidio, asesinatos, de asesinos seriales, psicópatas, perfiles, medicina forense…”
En su más reciente novela, Mujeres que no perdonan (Planeta, 2020), la escritora sueca refleja algunos problemas contemporáneos, como la violencia contra las mujeres, porque también en “mi país se maltrata a las mujeres”.
“Existe una noción equivocada de que sólo son las mujeres débiles las que son sujetas de abusadores y te dicen cosas como ‘¡por qué no sólo se va!’ No entienden el mecanismo en lo absoluto, no lo entienden: hay mujeres muy muy fuertes que han caído atrapadas en relaciones abusivas. Nada tiene que ver con la fuerza o el carácter, es un modo muy siniestro de separar a alguien y reprimir también a alguien, que pasa frecuentemente a través de los años. Ese fue también un punto muy importante que yo quería sostener”.
Otro de los aspectos que le interesaba desmitificar en la novela es en torno a la imagen de los abusadores, porque también se suele escuchar “‘¡pero si se ve como un gran tipo, jamás pudo haber hecho eso!”, convencida Camilla Läckberg que no se trata de un asunto de inteligencia o de educación: “los hombres educados golpean a sus esposas, los hombres inteligentes golpean a sus esposas: los hombres pueden ser buenos padres y amables con sus amigos y aun así golpean a sus esposas”.
“Tienes que hacer que la gente entienda que las personas pueden tener dos pensamientos en sus cabezas al mismo tiempo; de nuevo se trata del poder, no se trata de la inteligencia o de educación o de dinero, se trata del poder, por la razón que sea, ya sea por su niñez o por haber nacido de cierta forma. No lo sabemos, sólo se sienten bien al tener el poder sobre alguien, los hace sentir más empoderados, fuertes e importantes”, destacó la escritora durante la conversación.
PCL