Christina Rosenvinge evoca a Safo en Guadalajara

FIL Guadalajara

La cantautora madrileña se presentó en el Foro FIL e interpretó, entre otras canciones, temas de su icónico álbum 'Los Versos Sáficos'.

La cantante española rindió tributo a Safo en el Foro FIL | Ariel Ojeda
Guadalajara /

Christina Rosenvinge se mueve armónicamente sobre el escenario ante el ritmo taciturno de una de sus canciones. Resalta, además de por su gabardina blanca que contrasta con el telón rojo del fondo, por esa melena rubia que danza con el viento nocturno.

Aparece puntual en el Foro FIL, espacio musical de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024, acompañada de su banda, conformada por tres músicas que van todas de negro y atienden la batería, el bajo, el teclado y otra guitarra.

Al presentarse, Rosenvinge deja claro que alguien más será protagonista de la velada: la poetisa griega Safo, inspiración del espectáculo musical que la trajo a la capital jalisciense, Los Versos Sáficos

Los Versos Sáficos es el nombre del disco que la cantante española lanzó en 2013. Pero también es un modo de ser en la tarima, que implica cadencia, poesía, atmosferas sonoras de ensueño, galanteo y, sobre todo, ironía.

"En muchos versos sueltos Safo menciona las bodas, pero no como el sacramento sagrado. No. De lo que ella habla es de la fiesta, de lo bien que nos vamos a pasar, lo guapos que están el novio y la novia, con el vino y todo, corriendo la sangre, corriendo la pasión".
"Esta canción, que he hecho con unos cuantos fragmentos, es de pocos acordes y cualquiera se la puede aprender. Me haría muchísima ilusión que la toquen en su boda. Que no les recomiendo que se casen, pero si lo van a hacer, por favor, toquen esta canción", dice al presentar un tema que, más que al amor, habla del gozo de la unión.

El resto de la noche, los espectadores presenciaron la mutación de Rosenvinge, de ser una cantante talentosa, ganadora del Premio Nacional de las Músicas Actuales en 2018, a ser una sacerdotisa de la poetisa que redefinió los conceptos de deseo y placer. 

Tras el último sonido, la sonrisa en el rostro de Christina dio a entender que cumplió con su misión: llevar al clímax sáfico a quienes le rindieron pleitesía con ovaciones y aplausos.

Foto: Ariel Ojeda


hc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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