El viejo debate sobre si la humanidad es buena o mala por naturaleza sigue siendo un tema candente. El doctor en ciencias biológicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y catedrático de paleontología Juan Luis Arsuaga Ferreras invita a reflexionar sobre ello en la FIL Guadalajara.
Su carrera se ha enfocado en entender la evolución y los procesos que han dado forma a las civilizaciones. Durante su conferencia “Si yo fuera un neandertal” hizo un recorrido de los hallazgos paleontológicos que han ayudado a comprender los antecedentes de nuestra especie.
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Intolerancia y cooperación
En 2022 se publicó el catálogo de las modificaciones de la mayor colección de cráneos y mandíbulas de la paleontología humana, hallada en el yacimiento de Sima de los Huesos, en Atapuerca, Burgos, un área investigada a profundidad por Juan Luis Arsuaga, quien compartió imágenes en su charla.
Al estudiar los procesos ocurridos antes, próximos y posteriores a la muerte, las piezas se fueron uniendo como rompecabezas. Se documentaron 57 lesiones craneales de veinte individuos con signos de curación y fueron interpretadas como traumatismos producidos por golpes contundentes en las diferentes regiones del cráneo.
La violencia dejó huellas en aquellos cuerpos del pasado, que hoy dan cuenta de la vida prehistórica. ¿Es esto la señal que da razón a Thomas Hobbes sobre su creencia de que la humanidad es mala por naturaleza? Ferreras contrasta la idea con otro caso.
Del otro lado de la moneda, se encuentra Benjamina, “la más querida”, el fósil de una niña ubicado en Atapuerca y descubierto en 2001. Se descubrió que padeció una rara patología denominada craneosinostosis, lo que provocó que a lo largo de su crecimiento el cráneo sufriera una fuerte deformación afectando su rostro y provocando un problema psicomotor.
“Seguramente sufriría cefaleas, porque este tipo de patologías produce un aumento de la presión intracraneal y trastornos de la conducta. Todo apunta a que era una niña deforme y con un comportamiento alterado. Sin embargo, sobrevivió hasta los nueve años”.
Esto, según el paleontólogo, indica no solo que el grupo no la rechazó, sino que además le proporcionó los cuidados necesarios para que sobreviviera, lo que podría ser un punto a favor de la propuesta del filósofo Jean-Jacques Rousseau: los humanos son buenos por naturaleza. Sin embargo, y de nuevo, Arsuaga cuestiona esta postura.
Desde el salón de la conferencia, con cupo lleno y ante asistentes que insistían en alargar un poco más la charla, Arsuaga concluye: “¿Quién tiene razón? Los dos y ninguno. En pocas palabras, los seres humanos somos cooperativos, benéficos, somos altruistas incluso dentro del grupo, pero somos intolerantes entre otros. Es muy fácil odiar”.
ÁSS