La Premio Pulitzer 2024 Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964) presentó Lo roto precede a lo entero, ciento veinticinco infraensayos, una edición del Colegio Nacional. “Muy humildemente tengo que decirles que es de una etapa de mi vida de una producción escritural enloquecida. Iniciaba el siglo XXI y yo vivía oficialmente en San Diego, pero realmente vivía en Tijuana”, expuso durante la primera de sus dos presentaciones el miércoles 3 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que cerró con El invencible verano de Liliana.
Explicó que de esa actividad febril surgió primero una edición humilde de la editorial independiente Houston Literal y ahora una segunda edición mexicana, que incluye imágenes y otro tipo de recursos.
“Aquí para este libro elegí las entradas más breves, lo que a veces en inglés se llama flash fiction y en español a veces decimos viñetas, a veces aforismo, a veces línea suelta, cuento cortísimo, hay varias maneras de reconocer esta producción. Había un patrón lo suficientemente visible, legible, como para que me justificara el ponerlas en este grupo de textos y de escrituras”, apuntó Rivera Garza, quien el pasado sábado iba a sostener un diálogo con Chimamanda Ngozi Adichie pero la nigeriana lo canceló.
Ante un público que colmó el salón 4 de la FIL, recordó que un grupo de amigas la retó en una sesión posfiesta a abrir un blog y, a pesar de que en esa época tenía cierta timidez, perdí y abrió su red social.
“De entonces al momento en que dejé de trabajar en este blog, hacía entradas diarias, el tipo de cosas que algunas veces ponía en libretas o comentaba en algún café con alguien. Todo eso fue encontrando su hogar disperso, frágil, muy vulnerable, en esto que era un taller de producción realmente.
“Yo me sentía, y dije esta metáfora frecuentemente, como si fuera una niña a quien habían dejado libre en una dulcería. Todo el día quería estar escribiendo, cualquier idea que me pasara por la cabeza quería dejarla por escrito, dejar registro y regresaba una y otra vez a ese blog”, agregó acompañada de colega Imgard Emmelhainz y el responsable de la edición del Colegio Nacional, Alejandro Cruz Atienza.
Decidió nombrar “infraensayos” a esos textos para hacer homenajes u honrar dos lecturas que la han impactado: Lo infraordinario, de Georges Perec, “con esta atención a la minucia de todos los días, que creo que es lo que atraemos cuando hacemos entradas de Instagram o de Facebook”. Y, por otro lado, Heterografías de la violencia, del chileno Sergio Villalobos, y su capítulo Las edades del cadáver, donde habla de fragmentos como huellas materiales de la violencia y el extractivismo contemporáneo.
LHM