Arpas y pianos: las cuerdas toman la noche en el Foro FIL

Los arpistas Séamus Ó Flatharta y Siobhán Armstrong, así como los pianistas Francesco Tristano y Rami Khalifé dieron una velada en la que lo clásico y lo moderno se unieron

Séamus Ó Flatharta y Siobhán Armstrong | Foto: FIL/Rafael del Río
Lizeth Hernández
Guadalajara /

La noche fue tomada por las cuerdas y una serie de polirritmos envolvió la FIL Guadalajara con la presencia de arpas y pianos en el Foro. La primera parte del evento que se llevó a cabo el 29 de noviembre estuvo a cargo de Séamus Ó Flatharta y Siobhán Armstrong, quienes a través de sus interpretaciones dieron vigencia a un instrumento nacido en Egipto y Grecia

Amstrong es de las pocas artistas en el mundo que toca arpas de siglos anteriores —de hecho, posee una colección de copias de instrumentos de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco—por su parte, Séamus, que creció entre las tradiciones de la música, el canto y la danza irlandesa, experimenta estilos y géneros a través de ella.

Así, durante su presentación, cuatro manos y una voz convergieron en una armonía de sonidos dulces, con los que evocaron el mundo de castillos y dragones: escenarios de una Irlanda donde el periodo medieval y la era moderna se entrecruzan.

Siobhán Armstrong | Foto: FIL/Fernando Carranza

Las formas del piano

Francesco Tristano y Rami Khalifé (el primero de Luxemburgo, el segundo, de origen franco-libanés) son pianistas y compositores que navegan entre lo clásico y lo experimental.

Tristano se ha convertido en una referencia clave debido a su exploración de la música clásica y electrónica; mientras que el trabajo de Khalifé destaca por su habilidad en la improvisación y la reinvención de lo clásico, siendo descrito como creador de ritmos "eclécticos y audaces". 

Al estar frente a frente en la FIL, ambos construyeron formas a través del sonido, una convergencia de que solo la presencia de dos pianos puede conseguir. Así, los ritmos de uno se encontraron con los del otro, formando piezas polirrítmicas generadas dentro de una caja de posibilidades iluminadas entre luces neón.

La escena se transformó en el Foro cuando, entre el juego de tempos, entró una pista electrónica que hizo levantar al público de su asiento y bailar al ritmo de los pianos y un beat computarizado.

LHM 

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